Aunque no existe una receta mágica para saber en qué momento a un autónomo le conviene dar el salto a ser persona jurídica y crear una sociedad limitada (SL), sí que hay algunas pautas que le invitan a hacerlo. Entre ellas, destacan contar con un determinado volumen de ingresos anuales, tener la necesidad de proteger lo máximo posible su patrimonio personal o querer formalizar a través de una empresa una relación laboral con otros socios.
Crear una SL en España es un proceso rápido aunque, para elegir la tipología más adecuada a las necesidades del autónomo, lo más recomendable es acudir al consejo de expertos como los de la entidad bancaria.
¿Qué es una SL?
La SL es la forma jurídica más popular en España, sobre todo porque la responsabilidad de los socios se limita al capital social aportado al inicio de la constitución de la sociedad, por lo que se mantiene a salvo el patrimonio personal y familiar. Constituir una sociedad limitada es un proceso sencillo y rápido que puede completarse en apenas unas horas.
Sin embargo, requiere una serie de trámites que es importante seguir y, sobre todo, es clave en el caso de los autónomos constituirla cuando el cambio suponga optar a nuevas oportunidades de negocio.
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¿Por qué pasar de autónomo a SL?
Los principales motivos por los que un autónomo puede querer constituir una SL son:
- Reducir su carga fiscal. Una SL tributa por el impuesto sobre sociedades en tanto que un autónomo lo hace mediante el impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF), que es de carácter progresivo. Algunos expertos afirman que a partir de los 40.000 euros anuales de ingresos, es posible para un autónomo reducir su carga fiscal constituyendo una SL.
- Proteger el patrimonio personal. Como autónomo, la protección que tiene sobre su patrimonio personal es cero. Por ello, la responsabilidad civil es un concepto clave para los profesionales por cuenta propia, por lo que si desean responder únicamente con el capital aportado a su negocio ante una eventual incidencia económica grave, lo más oportuno es disponer de una SL.
- Imagen. Existen ocasiones en que si los autónomos quieren optar a proyectos de envergadura con grandes empresas deben hacerlo a través de una sociedad. Este tipo de compañías requieren para trabajar de socios que les aporten elementos como solvencia financiera o una garantía en el suministro de materiales.
- Mayor margen de financiación. Normalmente, actuar a través de una sociedad que tiene una buena salud financiera facilita el acceso a la financiación bancaria.
- Formalizar la relación con otros socios. Es probable que un autónomo termine colaborando cada vez con mayor frecuencia con otros profesionales. Si esa relación se mantiene en el tiempo, es posible que deseen formalizarla, constituyendo una SL en la que se distribuyan las obligaciones y responsabilidades de cada uno de los socios.
En cualquier caso, lo más oportuno antes de decantarse por pasar de autónomo a constituir una SL es acudir a la entidad bancaria para recibir asesoramiento profesional.
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