Los habitantes de Albacete son los españoles que están más seguros según el análisis ‘Estamos Seguros’ de este año, elaborado por el canal de divulgación social de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa). El estudio, centrado en los municipios de más de 75.000 habitantes y con datos de 2019 y 2020, valora la relación de las ciudades con tres de los elementos más susceptibles de ser asegurados: los robos, los accidentes de tráfico y los incendios. Albacete ha obtenido una buena puntuación en todos los ámbitos.
En la categoría de robos, los municipios donde estos sucesos son menos habituales, ya sea en una vivienda, un comercio o un vehículo, son San Cristóbal de la Laguna (Santa Cruz de Tenerife), Pontevedra y Las Palmas de Gran Canaria. Frente a la probabilidad de padecer un accidente de tráfico en el entorno urbano, las localidades más seguras son San Sebastián (Guipúzcoa), Zaragoza y Orihuela (Alicante). En este caso, se han valorado tanto los simples golpes de chapa, más comunes en los atascos y las horas punta, como las colisiones más serias con heridos o fallecidos.
Respecto a los incendios, Arona (Santa Cruz de Tenerife) es el municipio donde son menos habituales los daños por fuego -ya sea un vehículo o un inmueble, tanto una vivienda como un comercio o nave industrial-. Le acompañan en el podio las alicantinas Torrevieja y Orihuela. En este sentido, otro estudio reciente de la misma entidad, afirma que el fuego suele causar mayores destrozos en los pequeños municipios que en las grandes ciudades y que el 78% de los incendios afecta a las viviendas.
La importancia de contar con un seguro que cubra en caso de incendio
Cada año las compañías aseguradoras pagan aproximadamente 500 millones de euros para indemnizar los daños que originan los incendios en las viviendas, según el informe ‘¡Fuego! Los incendios asegurados en 2019-2020’. La mayor parte de los inmuebles asegurados en España son viviendas (88%), frente a los comercios (5,9%), las comunidades de propietarios (3,4%) y las industrias (1,6%). En cambio, el peso de los hogares se diluye cuando lo que se analiza es el reparto de las indemnizaciones. Las familias reciben el 40% del dinero, mientras que las industrias ingresan el 37% y los comercios, el 13%.
“Las personas suelen tener una mayor conciencia del riesgo de incendio en su hogar; en cambio existen muchas compañías, sobre todo, pequeñas y medianas empresas (pymes) que no tienen todavía asimilado que este riesgo es muy real y que no disponer de un seguro puede ocasionarles un gran perjuicio”, explica José Manuel Veiga, director de Seguros de Protección de BanSabadell Seguros.
El continente y el contenido de la vivienda
Para Veiga, un seguro de hogar se debe ajustar a la realidad: “Deberá tener una referencia lo más exacta posible del valor del continente –es decir, de la construcción– y del contenido –de todo lo que hay dentro–. Las compañías suelen recomendar los capitales adecuados para el continente en base a información catastral, la ubicación, el tipo de vivienda y los metros cuadrados”, comenta. El capital medio del continente de una vivienda suele oscilar entre los 60.000 y los 150.000 euros.
“Sobre el contenido lo aconsejable es hacer un recuento de todo lo que tiene la vivienda, ya sean electrodomésticos, muebles y demás objetos, como móviles, ordenadores, joyas…”, recomienda este experto. El director de Seguros de Protección de BanSabadell Seguros aconseja mostrar especial atención a las joyas y a los objetos de alto valor, puesto que, dependiendo de las compañías de seguros, deberán indicarse por separado, así como demostrar su propiedad y especificar sus características.
La cobertura o la garantía de responsabilidad civil también es otro de los aspectos a considerar, sobre todo ante incendios ocasionados de forma accidental en el hogar que pueden provocar daños a otros. “Esta cobertura es esencial en los seguros de multirriesgos, puesto que evita que, a las ya dolorosas consecuencias del incendio, se puedan añadir problemas económicos para hacer frente a los daños causados a terceros”, indica Veiga.
Cuidado con las pólizas más económicas
Uno de los grandes problemas al contratar un seguro del hogar es que muchos clientes tienen pólizas en situación de infraseguro, ya que están protegiendo tanto su casa como lo que contienen en ella por debajo de su valor real. De esta forma, en el caso de que se produzca un siniestro, como un incendio, en el que se pierde todo, el asegurado solo recibirá una parte de la cantidad asegurada en función de lo que se haya determinado que valía todo lo perdido.
También hay que tener presente que todo seguro tiene sus límites y, en el caso de las pólizas de hogar, hay supuestos que no suelen estar contemplados, como los accidentes por fumar o según qué daños en el interior causados por fenómenos meteorológicos. Para evitar sorpresas desagradables, lo más conveniente es informarse previamente y recurrir al asesoramiento profesional, ya que tan importante es saber lo que cubre el seguro como lo que no.
Los riesgos de las segundas residencias
En un seguro de hogar es muy importante que se identifique la tipología de la vivienda, por ejemplo, si es habitual o vacacional, y que las garantías especificadas se correspondan con la misma, advierten los expertos. Si se quiere contratar una póliza para una segunda residencia también hay que tener en cuenta el concepto riesgo. Una casa vacacional está más tiempo deshabitada, lo cual supone un mayor riesgo de sufrir una ocupación ilegal o un robo.
Este riesgo extra lleva asociada una prima mayor en comparación con la de una vivienda habitual. En ese sentido, según Veiga, la cobertura por robo “debería ser una cobertura básica tanto en las primeras como en las segundas residencias”. “Esta cubre tanto el interior como el exterior de la vivienda, por lo que vendrá definida en función de los capitales asegurados y las medidas de seguridad con las que cuenten los inmuebles”, añade. Y en el caso de una ocupación, asegurarla es una opción muy recomendable, ya que “ayudará a reducir o resarcirnos económicamente del problema generado”, señala.
Los seguros de hogar de segunda residencia también dan cobertura a los elementos comunes del edificio como, por ejemplo, los jardines y las piscinas. Ahora bien, en este caso, tanto en las primeras como en las segundas residencias, únicamente quedaría cubierta “la parte proporcional que corresponde al asegurado como copropietario de los elementos comunes del edificio”, apunta Veiga. El resto queda cubierto a través de la póliza de comunidades de la finca o del edificio que debería tener contratada la comunidad de propietarios.