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Así influyen las emociones en las decisiones de inversión

Tue Nov 17 11:13:07 CET 2020

El estado emocional afecta a la toma de todas nuestras decisiones, y más en lo relativo a las finanzas personales. Además, esta influencia se ha visto intensificada a raíz de la pandemia

El miedo, los sesgos y las percepciones frente al análisis, el método y la racionalidad. Invertir no es una ciencia exacta pero los grandes expertos han demostrado a lo largo de la historia que aplicar una estrategia sólida y basada en la perseverancia suele reportar importantes beneficios a medio y, sobre todo, a largo plazo. Sin embargo, a la hora de invertir también entra en juego el factor psicológico y los condicionantes emocionales, que pueden resultar tan determinantes o más que los números para decidirse.

"Los riesgos son algo inherente a todo el proceso de toma de decisiones que tenemos en nuestra vida", cuenta Diego Valero, presidente de Novaster, en el Podcast de Banco Sabadell. "Estamos tomando decisiones permanentemente y siempre en un entorno de riesgo, un factor que nos afecta de distintas maneras y, muy especialmente, en el miedo a perder".

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De este modo, un contexto que favorezca la incertidumbre y la volatilidad incide en esa percepción del inversor de acuerdo a su perfil. Los más aventurados no dudarán en asumir el riesgo, pero aquellos con un comportamiento más conservador optarán por una cartera menos susceptible de sufrir altibajos. Esto es algo que se ha estudiado frecuentemente y hasta existe una proporción que suele suponer una línea roja a la hora de tomar la decisión final: "La mayor parte de la gente -cuenta Valero-, arriesgaría su dinero si le dan la posibilidad de ganar, al menos, dos veces y media lo que puede perder, es decir, que para asumir un nivel de pérdida de 100 debe existir la posibilidad de ganar, por lo menos, 250".

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Como difícilmente podremos anticiparnos a una crisis y prever nuestro comportamiento, la recomendación de Federico Servetto, Director de Estrategia de Clientes de Banco Sabadell, es la de "tener el dinero invertido correctamente diversificado y con un riesgo acorde con nuestro perfil como inversor".

Profecías autocumplidas durante la pandemia

Esto se manifiesta muy especialmente en el escenario de incertidumbre que ha dibujado la pandemia. La situación ha trastocado muchos ámbitos de la economía y ha agitado las bolsas, pero incluso en esta coyuntura buena parte de las consecuencias económicas tienen, a juicio de este experto, un componente muy humano: "Diría que, probablemente, más del 70% de las decisiones que tomamos en este periodo se deben a nuestras reacciones cognitivas y emocionales, a cómo percibimos la realidad y a cómo la sentimos. El temor a perder nos hace sobrerreaccionar de una forma negativa y que se aleja de la racionalidad", argumenta.

Hay mucha ciencia que explica este tipo de comportamientos y que, de una manera genérica, responde a lo que Valero denomina "profecías autocumplidas", una forma de decir que, si una persona cree que algo saldrá mal, al final irá mal: "Cuando presentas las cosas desde un punto de vista negativo tus reacciones responden a la negatividad, por lo tanto los resultados normalmente son negativos".

Esta teoría puede servir también para explicar parte de la gravedad de las consecuencias que han acompañado a la urgencia sanitaria que vivimos. El presidente de Novaster considera que las estructuras económicas estaban razonablemente bien antes de la crisis de la COVID-19 pero que el "shock enorme desde fuera nos ha parado la actividad". Y ello ha generado un círculo en el que "se deja de hacer una vida normal, las empresas no se adaptan a la nueva situación y entonces caemos todos en lo que no tendría que ser más que un paréntesis", asegura.

Ahorrar: cómo engañar al cerebro

El comportamiento de la tasa de ahorro va en esta dirección. Durante este año los hogares españoles han elevado sus reservas en un 31,1% en el segundo trimestre, según el Instituto Nacional de Estadística (INE). Es un dato que podría considerarse positivo para cualquier economía pero, como explica Valero, "el motivo que hay detrás de este dato no es tan bueno porque es el miedo a consumir; y si no consumimos, no producimos y, si no producimos, la economía cae: es una rueda en la que tiene mucho que ver la percepción que tenemos del entorno".

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"En economía decimos que todo lo que sea exagerado es malo, así que hay que tener un consumo razonable y un ahorro razonable", señala este experto. Y una de las herramientas más comunes para el ahorro a largo plazo son los planes de inversión. Sin embargo, este tipo de productos financieros también están sujetos al vaivén de las percepciones personales porque, como explica el presidente de Novaster, "emocionalmente estamos hechos para el disfrute inmediato, que es mucho más seductor, y no para el retardado porque no sabemos si llegaremos. Tenemos que equilibrar ambas cosas".

Eso es aún más cierto teniendo en cuenta la rentabilidad que ofrecen estos mecanismos de ahorro a largo plazo. El factor tiempo ayuda a desarrollar "la fuerza brutal del interés compuesto", lo que sin duda es un argumento óptimo para apostar por estos instrumentos. Pero, nuevamente, existe un obstáculo de tipo psicológico que salvar: "Se ha comprobado que neurológicamente la percepción del ahorro se ubica en las mismas regiones del cerebro que la percepción de la pérdida, así que tenemos que engañar a nuestro cerebro para poder ahorrar. La clave es conseguir que el ahorro no duela", concluye.

Además, Servetto, destaca la importancia de "dejarse asesorar en cuestiones financieras, ya que esto combate y limita los sesgos cognitivos y emocionales, que en muchos casos, como hemos visto, nos juegan malas pasadas a la hora de tomar decisiones de inversión". "El asesor evalúa la situación con cierta distancia, lo que le aporta perspectiva, y le ayuda a garantizar un planteamiento más racional a las decisiones de inversión. Además, cuenta con la formación y la experiencia específica, que es la base profesional indispensable para la tarea que realiza", añade.

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Fotografía de Charlotte en Unsplash
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