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Negocios en el exterior: claves de la ‘nueva’ normalidad

12/05/2020

Reflexiones para gestionar mejor el comercio internacional en un entorno post-COVID-19

La pandemia de la COVID-19 está marcando un punto de inflexión en muchos ámbitos, sobre todo el empresarial. Nos encontramos en medio de una crisis sanitaria totalmente nueva que, a diferencia de otras que se han vivido de forma localizada, ésta afecta a casi todos los territorios y áreas geográficas del mundo, desde el este hasta el oeste. 

Se trata de una situación que se convierte en el mejor ejemplo de un entorno volátil, incierto, complejo y ambiguo, lo que se conoce como entorno VUCA (del inglés Volatilily, Uncertainty, Complexity y Ambiguity). Este contexto marcado por la inestabilidad está haciendo que las empresas tengan que cambiar su visión estratégica del comercio internacional a corto y medio plazo con vistas al momento en el que la epidemia esté controlada: 

  • Logística y cadenas de suministro. La restricción en los movimientos de las personas y las mercancías está afectando a los precios de las materias primas y de servicios a nivel internacional. Sin ir más lejos, el petróleo West Texas Intermediate (WTI), que sirve como referencia en Estados Unidos, marcó un hito histórico el 20 de abril al cotizar en precios negativos por primera vez en su historia, a -37 $ el barril. A nivel mundial, las cadenas de suministro se han visto gravemente afectadas. Hasta ahora, las empresas estaban acostumbradas a tener que gestionar dificultades logísticas muy puntuales y localizadas geográficamente, por ejemplo, en zonas de conflictos bélicos. Sin embargo, la situación actual afecta a prácticamente todos los países del mundo, con rutas marítimas canceladas, puertos donde no se puede descargar y confinamientos de mercancías, entre muchas otras restricciones comercialesCabe esperar un cambio en los hábitos de consumo y comunicación que tendrá impacto en el comercio internacional. En consecuencia, se deberán replantear las cadenas de valor global con una nueva forma de operar con mercados más próximos, una menor dependencia de terceros y un mayor nivel de conocimientos técnicos en logística y aduanas, entre otros. Muchos incluso incluso se atreven a hablar de un proceso de desglobalización acelerado a causa de la COVID-19

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  • Diversificación. La crisis actual ha puesto de manifiesto la importancia de la diversificación como cortafuegos esencial en épocas de crisis. Y no solo desde el punto de vista de los clientes, sino también de los sistemas de cadenas de producción y de los sectores de clientes y de sistemas productivos
  • Liquidez. Además, cuando se producen situaciones económicas como la actual, las empresas buscan liquidez y financiación para cubrir los posibles desfases entre cobros y pagos. Sin embargo, a diferencia de las crisis anteriores, la actual pandemia de la COVID-19 parece haber tenido un impacto bastante inferior en cuanto a liquidez. A ello ha contribuido, entre otras cosas, la puesta en marcha de líneas de garantías como las del ICO y el CESCE para ayudar a las empresas con el comercio exterior, de las cuales Banco Sabadell es partícipe. Del mismo modo, será igualmente importante cubrir las divisas en operaciones comerciales internacionales con el objetivo de minimizar los riesgos al máximo, especialmente en una coyuntura financiera como la actual, caracterizada por la elevada volatilidad de los mercados. 
  • Comunicación. Hace tan solo dos meses, nadie hubiese imaginado una situación de esta magnitud, pero las empresas han reaccionado de forma muy favorable, conscientes de la gravedad y la importancia de la situación. Especialmente desde el punto de vista de la gestión de su comunicación y responsabilidad social corporativa. De hecho, aquellas empresas que desde el primer momento han dirigido su comunicación a personas, empleados, clientes y proveedores de una forma clara, transversal, concisa y estructurada son las que mejor han sabido avanzar en esta crisis, dando una muy buena imagen y expectativas de futuro.
  • Digitalización, innovación y adaptación al cambio. No cabe duda que, en este contexto de crisis, las empresas que estaban mejor preparadas y avanzadas desde el punto de vista digital son las que están reaccionando de forma más rápida y eficiente. Uno de los ejemplos de este nuevo paradigma ha sido la adaptación al teletrabajo como un modelo que ya está incorporado de forma activa a todo lo que tiene que ver con el comercio exterior. Además, en un entorno tan cambiante, la realidad empresarial exige mayor capacidad de aprendizaje dentro de las empresas y de los empleados, además de una mayor inversión y profundización en nuevas tecnologías como el Big Data o la industria 4.0.

Prepararse para la próxima crisis

Es muy importante prepararse para el futuro. Tenemos muy presente la crisis económica de 2008 y, sin tiempo de habernos repuesto al 100% de ella, tenemos que centrarnos en la actual sanitaria. Esta experiencia pone énfasis en la importancia de saber hacer autocrítica y autoanálisis y, sobre todo, de aprender de posibles errores. 

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Por esta razón, las compañías deben reaccionar ante diferentes escenarios, evitando el inmovilismo en un entorno de cambios constantes e inmediatos y diferenciando dos momentos claves:

  • La situación a corto plazo, en la que analizar los cambios en la cadena de suministro y de tendencias de los clientes.
  • La situación a medio y largo plazo que asegure la viabilidad de las empresas.

En definitiva, las empresas que están ya reflexionando sobre estos puntos estarán más preparadas para desenvolverse en un entorno VUCA

 

 

 
 

 

Fotografía de Bao Menglong en Unsplash
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