Con algo de disciplina y una planificación adecuada, es posible lograr que la vuelta de las Navidades signifique, incluso, una oportunidad para mejorar la situación de las finanzas personales, rebajando los gastos fijos y contribuyendo al ahorro y, por lo tanto, a la inversión.
Lawrence de Arabia, el espía y militar que tomó parte en la rebelión árabe contra el imperio otomano durante la Primera Guerra Mundial, afirmó en su obra autobiográfica, Los siete pilares de la sabiduría, que “por ahorrar dinero, la gente está dispuesta a pagar cualquier precio”. Una máxima con la que muchas familias, de un modo u otro, pueden estar perfectamente de acuerdo en estos momentos, después de un año muy complicado en lo concerniente a la economía, tras el estallido de la pandemia global del coronavirus.
Sin embargo, pese a haber vivido unas Navidades marcadas por la pandemia, estas fechas no han dejado de suponer una época de celebración y de regalos, lo que, desde el punto de vista del bolsillo, implica un incremento considerable en los gastos. A partir de enero, cuando todo vuelve a la aparente normalidad, todo ello puede dejar bastante maltrecho el presupuesto familiar. Superar esa terrible cuesta de comienzos de año ha sido, habitualmente, muy complicado para los hogares, pero, ahora, con algunos sencillos gestos y grandes dosis de disciplina, es posible tanto mantener en buen estado las finanzas personales como, incluso, llegar a ahorrar. Como señala Euge Oller, fundador de Emprende Aprendiendo, en el Podcast de Banco Sabadell, “cualquier persona puede optar a alcanzar la libertad financiera, porque, en realidad, es algo sencillo, siempre que se entiendan bien los gastos que se tienen para, a partir de ahí, generar dinero que poder invertir en activos”.
Viejas recetas, excelentes resultados
Todas las personas suelen hacer promesas aprovechando el nuevo año, como ir al gimnasio o leer más. Entre los propósitos más repetidos está el de dejar de fumar, el de beber menos café o el de dejar el alcohol. Cumplir cualquiera de ellos supondrá un considerable ahorro mensual, habida cuenta de que, según, la Encuesta de Presupuestos Familiares, que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE), cada español invierte en estas tareas cada mes 18 euros (conjuntamente, entre tabaco y alcohol) y 65 euros en café.
Otra alternativa es posponer el máximo tiempo posible las compras a enero, momento en el que comienzan las tradicionales rebajas. Una tendencia que, según revela el estudio de Fintonic ‘El consumo de moda en España’, está en auge, ya que, en 2019, cada persona invirtió, de media, 124 euros en comprar ropa en este periodo, un 2,4% más que en el año anterior, y las previsiones para este ejercicio son, todavía, mejores. Y es que es posible encontrar prendas con descuentos que superan el 50% con respecto al precio que marcaban en las Navidades.
De hecho, compara este informe, solo en la primera semana de rebajas de enero, cada cliente se gasta más del doble en ropa que los resultados que se cosechan en otros periodos marcados en rojo para los vendedores, como el verano o el Black Friday. También revela un dato relevante: existe una tendencia al alza de devolver prendas que se han recibido como regalo durante las fiestas navideñas, precisamente, para aprovechar ese dinero en adquirir productos rebajados.
Ahorro en casa
Conocer la potencia de electricidad que se tiene contratada es clave, ya que, en base a ella, más elevada será la parte fija en el recibo de la luz. Por ello, calcular los aparatos que se pueden tener conectados a la vez en un día normal es vital para estimar la potencia máxima que se necesita y, en virtud de ello, llamar a la compañía eléctrica y modificarla. Además, existen dos tipos de tarifa que hay que conocer: sin discriminación horaria o con discriminación horaria. En esta última, el precio de la electricidad será menor durante una serie de horas (denominadas horas valle) y mayor durante las horas punta. Conociendo las horas de máximo uso eléctrico por parte de la familia será posible valorar si compensa apostar por una tarifa con horas valle.
Además, cambiar la iluminación del hogar por bombillas LED también reduce la factura eléctrica, así como la instalación de interruptores divididos en las diferentes habitaciones, de modo que se evite alumbrar toda una estancia si solo se va a estar en una parte. En relación a la calefacción, los sistemas basados en la electricidad consumen bastante más que cualquier otro que necesite gas. En promedio, cada grado que se incrementa la temperatura en una casa supone un crecimiento en el consumo de la factura del entorno del 10%.
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En relación al agua, no se suele prestar demasiada atención a su coste al ser bajo en relación a otros gastos fijos. Sin embargo, a la larga, es posible ahorrar mucho dinero. Por ejemplo, en los grifos conviene realizar una evaluación para comprobar que no tienen escapes que haya que sellar. Un grifo que deja filtrar apenas 10 gotas por minuto, al año puede suponer un despilfarro de agua cercano a los 2.000 litros. También, cerrar el grifo cuando no se esté utilizando mientras se lavan las manos, permite ahorrar casi 1,5 litros de media por uso, lo que, durante 12 meses, significa no tener que utilizar hasta 1.500 litros.
Respeto al medioambiente y uso de las nuevas tecnologías
Renunciar a utilizar el vehículo privado para aquellos desplazamientos en los que no resulte indispensable supone tanto un ahorro de combustible como desgastar menos el automóvil, de modo que habrá menos posibilidades de avería, algo que, casi siempre, conduce a tener que llevarlo al taller.
Incluso, realizar la compra online permite, además de comparar precios y aprovecharse de una mayor amalgama de promociones de los distintos supermercados, evitar el efecto de compra compulsiva que provoca ver, oler o tocar alimentos físicamente. Además, por supuesto, implica un menor consumo de tiempo, que se puede dedicar a otras actividades que redunden en alguna clase de ingreso.
Enfoque en la inversión
Adoptando estos y otros hábitos de ahorro se puede lograr controlar los gastos y hacer más soportable la temida cuesta de enero, pero, también, generar excedentes monetarios que, por persona, puede significar disponer de alrededor de 500 euros más en un solo mes. Es importante entender que ese dinero no es para gastarlo en ningún capricho, sino que su fin debe ser alimentar la cartera de inversión. Como afirma Vicenç Hernández, Presidente de la Asociación de Agentes Inmobiliarios de Cataluña, en el Podcast de Banco Sabadell, “la planificación, la productividad, el ahorro y el control de las finanzas son algunas de las claves para poder cumplir con nuestros proyectos vitales de largo plazo”.
Si se tienen dudas de qué hacer con el dinero, lo más oportuno es consultar con un asesor financiero, que recomendará los activos más adecuados en los que invertirlo, pudiendo decidir, por ejemplo, aumentar la aportación en alguno de los que ya se tenga (como, por ejemplo, un fondo de inversión o un plan de pensiones) de cara a beneficiarse de los efectos positivos que genera el interés compuesto.