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¿Cómo solicitar un datáfono o TPV para mi negocio?
Carlos S. Ponz - 07/10/2022
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Un datáfono o TPV permite a una empresa aceptar pagos con tarjeta y automatizar procesos, ahorrando tiempo y dinero a la vez que mejora su imagen.

Un terminal punto de venta (TPV) es un software informático que permite ayudar a la gestión de las ventas de un negocio y que se sustenta materialmente en un datáfono, que es el aparato que utiliza un establecimiento para llevar a cabo operaciones con sus clientes, como el pago con tarjetas de crédito o de débito. Su coste es asumible y merece la pena, ya que, además de favorecer la digitalización de una pequeña y mediana empresa (pyme), también contribuye a mejorar su imagen ante clientes y proveedores.

Desde un punto de vista operativo, un TPV es fácil de utilizar y muy intuitivo, por lo que puede ser usado por cualquier trabajador de la empresa. Además, la mayoría de los TPV son táctiles y se pueden integrar con otros dispositivos, como un ordenador o una tablet.

¿Cómo adquirir un TPV para mi negocio?

Cualquier empresa que desee incorporar un TPV tiene dos opciones: comprarlo a una compañía o alquilarlo a un banco. Su elevado coste de adquisición hace que resulte más adecuado apostar por la segunda opción. Además del precio, rentar un dispositivo de estas características a una entidad bancaria cuenta con otros beneficios:

  • El banco pone a disposición de la pyme un amplio catálogo de TPV, de manera que se puede escoger el que mejor se ajuste a las necesidades del negocio.
  • Es habitual solicitar periódicamente el cambio de TPV por otro más moderno.
  • A medida que se incrementan las ventas, es posible acordar con el banco reducir el porcentaje que se abona de comisiones.

¿Qué operaciones se pueden realizar con un TPV?

  • Gestionar los cobros a clientes, para lo que se introduce el importe correspondiente que se satisface en metálico o a través de la tarjeta bancaria. La impresora emite el ticket y la información se almacena en la base de datos.
  • Efectuar devoluciones en el caso de ser necesario, identificando de manera automática el cargo que hay que revisar y los productos que se ven afectados.
  • Optimizar el control de caja, incluyendo información actualizada sobre cada venta que se realiza, el dinero que se ha manejado o, incluso, poder personalizar los datos sobre la actividad de cada vendedor.

Puede interesarte: Del datáfono al TPV: ¿cuál es la mejor opción de pago?

Tipos de TPV

Existen distintos tipos de TPV que se intentan ajustar a las necesidades reales que tiene cada empresa. Por ejemplo, existen TPV físicos y virtuales (idóneos para un e-commerce), así como específicos por sectores y por actividades. Estos son algunos de los más destacados:

  • TPV clásico. Es el que hasta hace unos años tenía la gran mayoría de establecimientos comerciales. Consta de un lector de código de barras y de un datáfono que se integra en el sistema informático del establecimiento.
  • TPV inalámbrico. No precisa de un contacto físico entre datáfono y tarjeta bancaria, y solo requiere de una conexión wifi (habitualmente la del local en el que se presta el servicio) para funcionar.
  • TPV móvil. Posee su propia conexión a la Red y permite el pago contactless, simplemente acercando la tarjeta al datáfono. Una de sus principales ventajas es que posibilita completar una transacción comercial en cualquier lugar en el que se encuentre físicamente el cliente.
  • TPV virtual. Permite cobrar online a los clientes a través de una pasarela de pago de manera cómoda y segura.
  • TPV Smart. El desarrollo de la tecnología permite comercializar TPV móviles y virtuales cada vez con mayores utilidades y más personalizados a la realidad de cada empresa y de cada sector de actividad. Es el caso de Banco Sabadell, que ha lanzado un TPV Smart de gran utilidad para el sector de la restauración y para los comercios locales, el primero de estas características que se pone en circulación en España. Este TPV permite instalar apps como si de un teléfono móvil se tratara, incluyendo una que posibilita dividir la cuenta entre varios comensales aunque a efectos de la caja de la empresa se reciba solo un único pago. También ofrece la opción de dejar propinas a través del pago con tarjeta, poder hacer un redondeo de cada cuenta para destinarlo a fines solidarios, llevar a cabo promociones entre los clientes de manera automática, gestionar cualquier reserva o poder recibir la cuenta por correo electrónico en vez de en papel.

Ventajas de los TPV móviles, virtuales y Smart

Algunos beneficios que ofrecen estos dispositivos son:

  • Facilitan los pagos de los clientes.
  • Cuentan con un proceso de instalación simple y completamente gratuito.
  • No dependen de una red wifi para procesar los pagos.
  • Es posible cobrar de forma rápida y completamente segura, y permiten confirmar cualquier transacción en el momento en el que se efectúa.
  • Coste operativo reducido.
  • Permiten a los clientes pagar con casi cualquier tarjeta bancaria, así como a través de cualquier wallet del mercado.
  • Favorecen que la empresa no pierda ninguna venta.

En cualquier caso, es recomendable, antes de apostar por un tipo de TPV u otro, que la empresa cuente con el asesoramiento de un profesional, como el gestor de la entidad bancaria, que orientará sobre qué método es el más adecuado de acuerdo a su situación y a sus necesidades.

¿Quieres que un experto te aconseje sin ningún tipo de compromiso sobre qué le conviene más a tu empresa? Déjate asesorar por un especialista.

Fotografía de Blake Wisz en Unsplash.

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