El 2020 ha puesto a prueba la resiliencia de las empresas. La irrupción de la pandemia de la COVID-19 ha impactado en la mayoría de los sectores, aunque de forma asimétrica. Esta heterogeneidad también se ha reflejado en el impacto por regiones, siendo aquellas con un mayor peso del turismo las más afectadas, frente a otras en las que tiene un mayor protagonismo la agricultura o el sector público. Tras un año de pandemia, el camino que queda por delante todavía está marcado por la incertidumbre y, de hecho, un 44% de los empresarios califica como “sensible” la situación de su compañía, según el informe ‘Perspectivas España 2021’, elaborado por KPMG y la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE).
Sin embargo, las previsiones para este año parece que empiezan a arrojar datos positivos. Según la última actualización económica de la Unión Europea, la economía española será la que más crezca de toda la región, después de haber sido una de las más golpeadas. En concreto, Bruselas eleva del 5,4% al 5,6% la perspectiva de crecimiento del producto interior bruto (PIB) para este año, y de un 4,8% al 5,3% para 2022.
Alimentación, hogar y salud se mantienen fuertes
Pero el comienzo de 2021 no ha sido fácil. El aumento en el número de contagios tras el periodo navideño ha llevado a una ampliación de las restricciones de la movilidad de forma generalizada, entre las que se han encontrado el cierre perimetral de diversas regiones o la limitación de la actividad de los negocios, más acusada en el caso de la hostelería.
Así las cosas, los comercios de alimentación, hogar y salud se mantienen como las actividades con mejor recorrido durante los dos primeros meses de este año, según Pulso, la herramienta de Banco Sabadell que permite analizar la evolución de la recuperación económica de diversos sectores. Desde la primera ola de contagios de coronavirus, se observó un aumento en estos tres sectores fruto del confinamiento y del cambio de hábitos de los consumidores, que ahora pasan más tiempo en sus hogares y se preocupan más por su salud. Los datos muestran cómo esta tendencia se ha mantenido en el tiempo.
En concreto, el sector de la alimentación es el único que alcanza datos superiores a los registrados en el mismo periodo de 2020. Este crecimiento es mayor en el caso de los pequeños y medianos comercios, que en enero registraron un incremento del 28% y del 24%, respectivamente. En el caso del hogar y del de la salud, aunque con ligeros descensos, los datos de actividad se muestran próximos a los registrados en el mismo periodo del ejercicio anterior.
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En el extremo contrario se encuentran negocios asociados al turismo, como el de los hoteles y el de los viajes, cuya actividad en enero y febrero ha caído en torno a un 80% mensual respecto al mismo periodo de 2020, posicionándose como el segmento más afectado por la crisis. Tampoco se recuperan los transportes, debido al efecto directo que tienen sobre él las restricciones a la movilidad, con una caída del 75% mensual en los dos primeros meses del año, respecto al mismo periodo de 2020. En tercer lugar se sitúa el sector de la restauración, con una actividad un 50% inferior, aproximadamente, con respecto al año anterior.
Diferentes velocidades según cada comunidad autónoma
El impacto de la crisis de la COVID-19 por regiones se ha caracterizado por su heterogeneidad. En 2020, las mayores caídas del PIB se registraron en las provincias de la zona del Mediterráneo y de Canarias, según el ‘Boletín Económico’ del Banco de España. Así, Baleares (-27%), Las Palmas de Gran Canaria (-21%) y Santa Cruz de Tenerife (-19%) son las provincias con los descensos más pronunciados. Les siguen Málaga (-17%), Girona (-14,2%) y Alicante (-13,5%). El denominador común de estas seis regiones es el peso que el sector turístico tiene en sus economías.
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En Canarias, por ejemplo, después de un verano con una actividad hotelera con caídas del 50%, la temporada navideña dejó un descenso cercano al 70%. Siguiendo esta tendencia, el sector ha comenzado 2021 con una actividad casi un 80% inferior a la del mismo periodo del año anterior, según los datos de Pulso.
Además del factor sectorial, la aplicación de medidas de contención de los contagios ha sido uno de los principales condicionantes de la actividad económica desde el inicio de la pandemia.
Por ejemplo, Cataluña arrancó enero ampliando las restricciones tras el periodo navideño. Limitaciones de la movilidad entre municipios, cierre de centros comerciales, gimnasios y comercios no esenciales, y franjas horarias para la apertura de bares y restaurantes. En este sentido, un 72% de los empresarios encuestados por KPMG y la CEOE considera que el contexto económico actual de la región es malo o muy malo, aunque un 46% se muestra optimista con que mejorará este año. De nuevo, los más perjudicados son los hoteles y los viajes, con unas caídas del 85% en enero y del 88% en febrero, respecto al mismo periodo de 2020 y la restauración, con caídas que rondan el 60% en el mismo periodo.
Otra de las comunidades con mayores restricciones es Castilla y León, que decidió adelantar el toque de queda a las 20 horas, cerrar perimetralmente las provincias y el cierre total o del interior de los establecimientos hosteleros. En esta región, el sector de la salud es el que se desmarca con diferencia y en febrero ha representado el 142% de la actividad del mismo periodo del año anterior. Superando también los datos de 2020 se encuentran los productos de bricolaje y hogar.
Ni las rebajas, ni San Valentín salvan las ventas
Pese al optimismo con el que ha empezado 2021 fruto de la campaña de vacunación, entre otras cosas, la actividad comercial sigue sin reflejar este sentimiento. La primera gran fecha del año para los comercios la marca la campaña de rebajas. Sin embargo, las ventas de prendas textiles han caído en un 53,2% con respecto al mismo periodo de 2020, según el barómetro mensual de la Asociación Empresarial del Comercio Textil, Complementos y Piel (Acotex). La herramienta Pulso muestra como después del tirón de antes del día de Reyes, la actividad de los comercios de moda cayó durante todo el mes de enero.
Gráfico: Actividad de los comercios de moda entre el 25/12/2020 y el 22/01/2021. Fuente: Pulso
Y es que, además de la influencia de las medidas impuestas por la COVID-19, la llegada en el segundo fin de semana del año de la tormenta Filomena también afectó de forma negativa a la actividad comercial. Por ejemplo, en la Comunidad de Madrid se puede observar una caída de la actividad comercial durante los días del temporal, tal y como muestra el siguiente gráfico:
Gráfico: Actividad comercial en la Comunidad de Madrid en la que se refleja la caída durante el temporal Filomena. Fuente: Pulso
San Valentín es otra de las fechas que más expectativas genera durante el año. Tanto es así que España es el país europeo en el que más se gasta en esta fecha. No obstante, el ticket medio en restaurantes durante la semana de San Valentín fue un 16% inferior al del año anterior, según Pulso. Ahora, con la Semana Santa a la vuelta de la esquina, el foco está puesto en cómo avanza la campaña de vacunación y cómo este aparente optimismo se traslada a la actividad de los comercios.
