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Cómo salirse de la carrera de la rata de Kiyosaki

24/10/2020

Fruto de su propia experiencia de éxito, este autor ha definido una estrategia para que cualquiera pueda aspirar a alcanzar la libertad financiera, siempre que sea constante, que tenga claras sus prioridades y que esté dispuesto a salir de su entorno de seguridad.

Para muchos, el verdadero padre del concepto de libertad financiera es el empresario norteamericano Robert Kiyosaki, quien, poco después de cumplir los 47 años, decidió dejar el mundo de los negocios, tras haberse convertido en multimillonario y fundar diversas compañías, como una que comercializó billeteras de nylon para los surfistas u otra que formaba a trabajadores de todo el mundo sobre cómo ahorrar de manera eficiente. Satisfechos todos los retos personales que se había marcado en la juventud, Kiyosaki determinó dedicarse a ofrecer conferencias en las que narrar sus experiencias y a escribir sobre su estrategia para alcanzar el éxito, que se materializó en el best seller ‘Padre rico, padre pobre’  (1997), un libro que ha superado ya los 20 millones de ejemplares vendidos.

Una de las frases más conocidas de esta obra reza que “la principal diferencia entre una persona rica y una persona pobre es la manera en la que manejan el miedo”, y es que, para Kiyosaki, la clave reside en conseguir la valentía para querer cambiar los hábitos que rodean a cada individuo, y que han conformado su rutina habitual, para entrar en algo totalmente novedoso y desconocido. Este escenario previsible y mundano, principalmente en la vida laboral, es el que gobierna, con pequeñas variaciones, el día a día de gran parte de la población, y conforma lo que el experto ha denominado la carrera de la rata. A grandes rasgos, este término hace referencia a una espiral en la que cada persona dedica su juventud a estudiar para trabajar y poder ganar dinero. Más tarde, con ese capital ahorrado compra bienes y servicios, y termina por endeudarse a través de una hipoteca o de préstamos. De este modo, acaba trabajando para mantener su propia rueda de gasto y de consumo, desconociendo que puede salirse de ella y mejorar en todos los aspectos de su vida.

La carrera de la rata hace referencia a una espiral en la que cada persona dedica su vida a formarse y trabajar, siguiendo un camino establecido de antemano

Coger la pista rápida

Para Kiyosaki, es sencillo: si cualquiera se lo propone, cambiar de hábitos profesionales y alcanzar los objetivos vitales antes de lo que pueda parecer, con la meta de lograr la libertad financiera de una vez por todas. Sin embargo, es crucial tomar la decisión de querer cambiar las cosas cuanto antes mejor, puesto que una de las principales trampas reside en que, al comienzo de la vida laboral, los gastos son asequibles, incluso si se vive en pareja, pero, poco a poco, con la llegada de los hijos (con el coste que eso supone en cuanto a colegios, actividades extraescolares, manutención, ropa,…) y de la compra de activos de gran coste (como una vivienda o un automóvil), las personas se van sumiendo a sí mismos, y de manera lenta pero sostenida, en una “tumba económica, social y emocional”. Kiyosaki afirma que este estilo de vida no es malo, todo lo contrario, pero que sí lo es la manera en la que se organizan las finanzas y, más allá de eso, en cómo se genera una dependencia perversa al ingreso único vía salario mensual que percibe el trabajador.

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Por eso, apuesta por lo que llama “coger la pista rápida”, es decir, adquirir conocimientos sencillos pero prácticos de inteligencia financiera, ponerlos en práctica y terminar con el sometimiento a obtener ingresos a través de un salario por cuenta ajena cuyo mantenimiento en el largo plazo está por completo fuera de su control, ya que pueden ocurrir diversas vicisitudes que van más allá de cualquier influencia que se pueda ejercer, como un despido o la quiebra de una entidad. En definitiva, lo que pregona Kiyosaki es que cada individuo es responsable de luchar y conseguir su propia riqueza, por lo que debe tomar pleno control de su vida en todos los aspectos, y terminar con lo que se nos ha enseñado desde que éramos niños en relación a que hay que ser obedientes y seguir con el camino marcado.

Formación y proactividad

Lo cierto es que la fórmula para salirse de la carrera de la rata es bastante sencilla: formarse desde el punto de vista financiero, siguiendo la actualidad de los mercados y los análisis de los especialistas. En paralelo, y dentro de las posibilidades económicas que se tengan en cada momento, tomar decisiones de inversión como, por ejemplo, la compra de un activo, bajo el prisma de ir obteniendo rentabilidad suficiente como para ir, poco a poco, aumentando la cartera y poder diversificar.

Formarse en educación financiera y poner a trabajar continuamente los ahorros son dos de las claves para optar a la riqueza, según Kiyosaki

Este último concepto es fundamental para Kiyosaki, puesto que, en su opinión, lo que en verdad diferencia a los ricos del resto es que están de manera permanente adquiriendo activos para buscar rentabilidad, bien sean propiedades inmobiliarias, acciones, deuda pública, etc. Mientras tanto, el resto de la población se dedica a comprar pasivos, como un coche o una casa, que, principalmente, suponen gastos. Gracias a esta diferente estrategia, los más pudientes van generando, a su vez, mayores incrementos de capital que las personas más modestas y esto se produce porque son capaces de originar, en paralelo, dos tipos de ingresos: pasivos (que les generan liquidez de manera recurrente sin tener que hacer nada para lograrlo) y otros derivados de las rentas, como el arrendamiento de inmuebles o los dividendos de las acciones. Por su parte, los trabajadores por cuenta ajena apenas suelen ser capaces de obtener los denominados ingresos activos, que son aquellos que vienen como consecuencia del desempeño profesional.

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Este exceso de dinero en reserva, a largo plazo, permite a los ricos, en opinión de Kiyosaki, lograr dos tipos de ganancias a la vez: la de capital, gracias a que, al ser la adquisición de activos, su única actividad, están pendientes de las oportunidades en el mercado, por lo que suelen comprar barato y vender caro; y las de flujo de efectivo, que son aquellas que les llegan de forma directa simplemente porque son propietarios de algo que, al cederlo a un tercero, les genera ingresos pasivos, como los bonos y las obligaciones, o las opciones de trading.

Proceso para abandonar la carrera de la rata

La receta para salirse de la carrera de la rata puede parecer asequible, pero, como dice Kiyosaki, el reto es mantenerse constante a lo largo del tiempo, teniendo muy claro hacia dónde se pretende llegar. Por ello, hay que fijar metas ambiciosas y establecer fechas para su consecución, lo que obligará a que cada uno tome con decisión las riendas de su vida sabiendo dónde se quiere estar en un momento determinado. Una vez lograda esta definición de los retos, hay que establecer prioridades, delimitando, como primera medida, si se quiere privilegiar la seguridad o la riqueza. Optar por la segunda opción no significa abandonar todo, incluido el trabajo, sino que hay que sacar tiempo todos los días para realizar un autodiagnóstico financiero y formarse en aquellas materias que se estima que pueden ser relevantes para el futuro.

Definida esta parte más teórica, Kiyosaki introduce dos actividades prácticas que son las que decidirán el éxito real de la estrategia: por un lado, reducir los gastos fijos hasta el punto de que, a partir de un momento dado, los rendimientos de los activos que se poseen sirvan para pagar los pasivos que se tengan. Esto obliga al ahorrador a destinar de manera periódica los excedentes que genera a nuevas inversiones que le den más liquidez. Por otro lado, está el verdadero reto que, para Kiyosaki, marca la diferencia entre los que alcanzan el éxito y se salen de la carrera de la rata, y aquellos que no lo consiguen: generar sus propios activos en los que invertir, lo que significa emprender al margen del trabajo habitual que se tenga e intentar conseguir ingresos extra exponenciales. A medida que se consiga dinero con esta nueva actividad, habrá que ponerlo a trabajar de manera inmediata y así ir logrando los beneficios suficientes en el largo plazo como para aspirar a una forma de vida completamente nueva.

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