La liquidez de una empresa es la cantidad de efectivo o de activos que se pueden convertir fácilmente en recursos monetarios. De este modo, una entidad puede en un momento dado atender las deudas corrientes que tenga (que contablemente reciben el nombre de pasivos a corto plazo).
Mecanismos para incrementar la liquidez de una empresa
La salud de una compañía se mide tanto por su solvencia como por su nivel de liquidez. Para aumentarlo, es esencial llevar un estricto control del dinero que entra y que sale de la empresa. Además, es posible implementar otras medidas para impulsarlo, como:
- Optimizar la caja: significa no solo contabilizar todos los ingresos y los gastos que se tienen sino, también, prever y cuantificar el dinero que gestiona la empresa y establecer medidas efectivas para cobrar en menor tiempo las facturas y reducir el volumen de impagos.
- Factoring: permite a una empresa obtener financiación a corto plazo gracias a que se transfieren las deudas que soporta la compañía al banco.
- Confirming: la entidad bancaria cubre tanto a los deudores como a los proveedores ya que adelanta el importe de la factura a estos últimos.
- Liquidar los activos improductivos: como la maquinaria que ya no se utiliza o las instalaciones que han dejado de ocuparse.
- Optimizar el stock: esto significa intentar reducir al máximo las existencias en una empresa, minimizando el coste del inventario y las pérdidas derivadas de los productos que no se han vendido.
- Acceder a financiación: cualquier negocio tiene la posibilidad de solicitar financiación para alcanzar sus objetivos. Los bancos ofrecen diferentes alternativas que se ajustan según las necesidades y las características de cada empresa.
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- Solicitar subvenciones: para optar a una subvención pública hay que tener en cuenta los requisitos que se piden. Para ello es importante solicitar toda la información en la entidad bancaria en la que se decida tramitar.
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- Disponer de un fondo de emergencia: que sirve tanto para que una empresa pueda atender pagos imprevistos de cierta cuantía como para afrontar periodos de menor actividad económica.
De cualquier modo, antes de decantarse por una fórmula de financiación, es recomendable contar con el asesoramiento profesional de un experto como el del gestor de la entidad bancaria.
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