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Cómo la COVID-19 ha cerrado las fronteras del mundo

Mon Mar 29 16:01:22 CEST 2021

La irrupción de la pandemia obligó a cerrar el 75% de las fronteras del mundo. Las campañas de vacunación y el nuevo certificado europeo suponen un paso para reactivar los viajes y el turismo

La pandemia de la COVID-19 ha sellado las fronteras del planeta. Los gobiernos de buena parte del globo hicieron de la prohibición de los desplazamientos una de sus principales medidas para evitar la propagación del virus. En mayo de 2020, con los coletazos de la primera oleada del coronavirus, el 75% de los países había cerrado sus puertas provocando un desplome sin precedentes en la historia reciente del turismo. Dos meses antes, la Unión Europea (UE) ya había dado un paso inédito cerrando sus fronteras Schengen al mundo. Unas restricciones que, grosso modo, continúan en vigor a día de hoy.

Tras este pico inicial, los cierres fronterizos totales dieron paso a medidas de control y de contención como la obligatoriedad de la realización de PCR antes de viajar, la imposición de cuarentenas, la firma de una declaración jurada o la facilitación de los datos personales para el futuro rastreo. 

En noviembre pasado, el cerrojo fronterizo en el mundo se situaba en el 27%, dando lugar a una recuperación tímida de las actividades económicas y del sector turístico. Sin embargo, la incertidumbre en torno a nuevas variantes del coronavirus, como las cepas surgidas en Brasil, Sudáfrica o el Reino Unido, ha supuesto un nuevo retroceso en la apertura de los desplazamientos. El último informe de la Organización Mundial del Turismo (OMT) reconoce que estos surgimientos generan una “gran preocupación” y suponen una amenaza para la flexibilización de los viajes, aunque pone el foco de esperanza en torno a las campañas de vacunación, que continúan encajando varios tropiezos en Europa.  

El documento refleja que, a fecha de febrero de 2021, un año después del estallido de la crisis sanitaria global, el 32% (69 en total) de los destinos mundiales continúa totalmente cerrados al turismo y solo el 2% (cinco destinos) está totalmente libre de medidas relacionadas con la COVID-19. “Las restricciones continúan siendo un serio desafío para que las operaciones turísticas se recuperen por completo debido al gran número de requisitos y a la incertidumbre de las exigencias cambiantes”, destaca la OMT.

Comparativa global

Con el 65% de todos sus destinos sellados, Asia es la región con más cierres vigentes en la actualidad. Le sigue Europa, que cuenta con la imposibilidad de entrar al 28% de sus destinos de viaje. Sin embargo, el Viejo Continente lidera el ranking global en lo referido a fronteras cerradas de forma parcial, es decir, permite las entradas y las salidas internacionales bajo una gama de requisitos y excepciones. 

Europa fue la región que más rápido relajó las medidas para viajar a finales de 2020, pero estas han regresado con fuerza desde febrero de 2021

Europa fue la que más rápido relajó las medidas para viajar a finales de 2020, pero estas han regresado con fuerza desde febrero, cuando muchos Estados miembros reintrodujeron controles fronterizos dentro del área de libre circulación.

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¿Es el pasaporte sanitario la solución?

El 72% de los destinos que han puesto el candado total a sus fronteras se caracterizan por tener una dependencia económica del turismo baja o moderada, destaca el citado informe. España es, junto a Grecia e Italia, uno de los países europeos más dependientes del sector turístico. Por ello, el eje del sur empujó con fuerza en Bruselas para crear un pasaporte sanitario que permita salvar la temporada de verano. 

La propuesta tuvo que vencer las resistencias de países más escépticos como Francia, Bélgica o Países Bajos, que alegan falta de evidencias científicas sobre la transmisión del virus incluso en personas inoculadas o una posible discriminación entre las personas vacunadas y las que no lo están.

La Comisión Europea recogió todas estas sensibilidades y presentó recientemente su propuesta para la creación de un certificado sanitario de coronavirus. Se espera que los europeos puedan disponer de este en junio. Será gratuito, estará disponible tanto en versión papel como en digital y acreditará que las personas que lo portan están vacunadas, han pasado la enfermedad o cuentan con un test negativo. Además, estará en vigor hasta que la Organización Mundial de la Salud (OMS) declare el final de la emergencia sanitaria. “Mediante el certificado digital verde adoptamos un planteamiento europeo para que los ciudadanos de la UE y sus familiares puedan viajar con seguridad y con el mínimo de restricciones este verano”, señaló Didier Reynders, comisario de Justicia. 

Con todo ello, la UE busca hacer los viajes más seguros de cara a la temporada estival, ya que los turistas que cuenten con este certificado      podrán quedar exentos de actuales medidas como las cuarentenas impuestas en buena parte de los lugares de destino. En cualquier caso, será cada gobierno nacional de forma individual el encargado de determinar qué uso darle. Por lo pronto, los 27 países europeos reconocerán automáticamente las vacunas aprobadas por la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), que a día de hoy son la de BioNTech-Pfizer, la de AstraZeneca, la de Moderna y la de Johnson & Johnson. 

“El certificado digital verde ofrece una solución a escala de la UE para que los ciudadanos comunitarios dispongan de una herramienta digital armonizada en apoyo de la libre circulación en la UE. Se trata de un buen mensaje para la recuperación”, resumió Vera Jourová, vicepresidenta de Valores y Transparencia.

 

Fotografía de Anna Shvets en Pexels
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