Las inversiones han dejado de ser una actividad destinada a un reducido grupo de personas con un gran patrimonio. Cada día, son más los pequeños ahorradores que invierten una parte de sus ahorros, por pequeños que sean, en el amplio abanico de inversiones que se han desarrollado en los últimos años.
Cualquier persona puede ya participar en la economía con independencia de la cuantía con la que operar, financiando empresas, proyectos o adquiriendo fondos que reviertan en las finanzas del país. Y es que hay productos que van desde los 1.000 € hasta los 100 €, 50 € e incluso un euro. Hay varias opciones para invertir:
1. Fondos de inversión
Debido a la disminución de la capacidad de ahorro familiar, las entidades bancarias han lanzado una variedad de fondos accesibles a cualquier renta. Y cada vez son más los que optan por adquirir estos productos.
En la actualidad, existen fondos cuya aportación mínima es de un euro, con la finalidad de que vayan incrementándose con el tiempo, a través de aportaciones periódicas, y aumenten su rendimiento.
2. Crowdfunding
Novedosa forma de financiación colectiva que nació con el micromecenazgo de propósitos artísticos. A través de diversas plataformas, los inversores aportan la cuantía que deseen para financiar un determinado proyecto. En la actualidad, el crowdfunding abarca todo tipo de acciones, incluso empresas.
3. Crowfunding inmobiliario
La inversión participativa llega a la vivienda de la mano de este sistema que permite que los ahorradores financien la cantidad de dinero que deseen en una compra colectiva para adquirir un inmueble. La rentabilidad se obtiene al alquilar o vender el mismo.
4. Crowdlending
Basado en préstamos entre particulares, este sistema te permite convertirte en un banco al proporcionar dinero para realizar un proyecto. La idea es que pequeños pero numerosos inversores financien a personas o empresas para conseguir sus objetivos. Permite convertirse en inversor con pequeñas cantidades monetarias.
5. Monedas extranjeras
El mercado de divisas, conocido como Forex, es el más grande de todo el mundo. La compraventa de divisas, como dólares, yenes o libras… está abierta a cualquier inversor, con independencia de la cantidad de dinero con el que se quiera especular. Sin embargo, es recomendable conocer la situación del mercado y del país que emite la moneda.
6. Metales preciosos
Es sabido que el oro y otros metales preciosos se erigen como el colchón económico más seguro. De hecho, es el primer objeto de inversión de la historia. No requiere un gran desembolso, resulta sencillo de almacenar y se puede vender en cualquier parte del mundo.
7. Acciones en bolsa
Tu banco te puede orientar sobre qué acciones son las idóneas para ti, según el dinero financiado y los riegos que quieras asumir. Además, las nuevas tecnologías te permiten hacer un seguimiento de tus finanzas en tiempo real, lo que ayuda a conocer la situación de tu inversión en todo momento. No obstante, este tipo de inversión es a largo plazo, pues necesitas de tres a cinco años para disfrutar de estas ganancias bursátiles.
Pequeñas o medianas inversiones según el bolsillo de cada uno. El mercado se abre para que cualquier ahorrador pueda participar en él y rentabilizar su dinero sin tener que ser un experto en finanzas.