Junto con el salón —y el baño en hora punta—la cocina es uno de los corazones de la vivienda. Por eso vamos a dedicar unas líneas a cómo diseñar la cocina que necesitas en base al espacio del que partes y al uso que busques darle.
Una cocina donde cene toda la familia no tendrá el mismo diseño que una en la que solo se desayune, por ejemplo. Y esta tendrá que adaptarse a si vivimos solos o en compañía. ¿Te has planteado qué necesitas en tu cocina? Empecemos por lo primero: sacamos el metro y medimos el espacio actual.
Tomar medidas, primer paso imprescindible
Antes de plantearse la distribución de la cocina, es aconsejable tomar medidas para dibujar un croquis. No tiene por qué estar dibujado en AutoCAD (aunque ayuda) y basta un metro y una hoja cuadriculada para hacernos una idea del espacio disponible. No necesitamos ser arquitectos.
Un truco interesante es decir que cada cuadrado de la hoja mide 10 cm (0,10 m). Así, un mueble de 60 cm medirá seis cuadrados. Es una forma fácil de conseguir un plano de buena calidad con unos pocos trazos. Medir la cocina también es muy útil si visitamos una vivienda y nos planteamos comprarla.
Los electrodomésticos y fregadero delimitan algunas zonas
¿Sabías que se aconseja que fregadero y cocina estén separados? La distancia óptima se sitúa entre 50 y 60 cm, y el motivo es doble: tener espacio de trabajo y evitar que el agua caiga en el fuego, la vitrocerámica o la placa de inducción. Además, en algunas comunidades autónomas se exige una altura libre sobre la placa de al menos 50 cm y una distancia lateral libre a cada lado de unos 30 cm.
Tanto si vivimos en una de estas comunidades como si no, respetar estas distancias resulta más que aconsejable. También tener en cuenta que el fregadero, la lavadora y el lavavajillas (si tenemos) necesitarán una salida de agua. De ahí que a menudo se coloquen estos tres elementos cerca, para facilitar la obra y simplificar el diseño.
De modo que nuestra cocina se ha convertido en un ‘puzle’ con un tablero fijo y varias piezas que vamos colocando por encima. Una muy buena idea si no tenemos muy claro qué hacer con la cocina es la de trabajar sobre esa hoja de papel cuadriculado que teníamos arriba.
Un rectángulo de 6x6 cuadrados representará el frigorífico si es combi. El lavavajillas será un cuadrado de 6x6 o 6x4,5 (los venden de 45 cm), la lavadora será otro de 6x6. La placa y el fregadero medirán unos 6x6 o menos, etc.
Trabajar con papel nos puede parecer infantil, pero una primera aproximación usando este método facilita algunas decisiones, y es muy rápido. En cuestión de pocos minutos podremos replantear una decena de veces la cocina y optar por una distribución u otra.
El triángulo de trabajo: cocina, fregadero y almacenamiento
El dibujo de arriba representa solo la parte de abajo de una cocina. Es decir, los muebles que están colocados sobre suelo. Faltan, por ejemplo, el horno y el microondas, la campana de la cocina o muebles de pared donde guardar todo tipo de utensilios. Y es aquí donde hay que tener en mente el triángulo de trabajo.
Cuando uno cocina necesita utensilios, acceso a especias y condimentos, y al fregadero, entre otros espacios. A estos elementos los diseñadores de cocinas lo llaman “triángulo de trabajo” porque a menudo se recomienda que estos puntos se distribuyan según esta forma, aunque lo cierto es que basta con que estén cerca. Tener esto en mente nos ayudará a disfrutar de nuestra cocina sin pasear arriba y abajo con, por ejemplo, las peladuras de la verdura.
Además, se recomienda que el lavavajillas esté cerca del fregadero y la basura. Esta medida se agradece cuando uno recoge la mesa, elimina los restos de comida y da un agua a los cacharros. En el ejemplo de arriba, un mueble de 80 cm incorpora el fregadero (de 60 cm, para alejarse de la placa) y un armario para basuras. Tenerlos juntos nos ayudará bastante.
El corte de agua, mejor accesible
Las cocinas suelen tener varios cortes de agua: el general de toda la vivienda, uno para el agua caliente y otro para agua fría. Como consejo general, es mejor dejar estos cortes visibles en lugar de detrás o debajo de un mueble. Puede que no nos gusten a nivel estético, pero cuando dentro de una década el vecino nos llame a las cuatro de la madrugada porque tenemos una fuga de agua, daremos las gracias por esta medida.
En líneas generales, recuerda que tu vivienda ha de ser confortable y aportar calidad de vida. Vivir en ella es más fácil si es cómoda. El diseño es importante, pero no sacrifiques usabilidad, especialmente en la cocina.
¿Sabes dónde colocar los enchufes?
Otro punto importante a la hora de diseñar la cocina es saber dónde colocar los enchufes. Hay varias reglas básicas (leyes, de hecho) que nos obligan a alejar los enchufes 50 cm del fregadero y otros 50 de la zona de cocina (fuegos, vitro, placa). Sin embargo, no queremos quedarnos sin enchufes.
Un truco es colocarlos justo bajo la fila de armarios a pared, de modo que tendremos enchufes en la vertical de la encimera pero alejados de la fuente de agua o el calor de la cocina. Dicho esto, también es aconsejable dejar alguno de ellos en previsión. Esta es la lista de electrodomésticos que usan enchufes:
- Frigorífico
- Cocina (solo si es inducción o vitrocerámica)
- Lavavajillas
- Microondas y/u horno
- Campana extractora
De modo que necesitaremos al menos cinco enchufes, seis si microondas y horno están separados, además de aquellos necesarios para elementos auxiliares como una tostadora, la cafetera o la batidora. Se aconseja repartir entre tres y cuatro tomas extra, nunca se sabe dónde querremos enchufar algo. Y, ya que hablamos sobre consumo, ten en cuenta la eficiencia en el hogar.
Reparte el espacio de almacenamiento entre cajones y baldas
Los cubiertos son largos pero tienen muy poca altura colocados sobre un cajón. Es por eso que tu cocina necesita al menos un cajón bajo, más si también guardarás en ella utensilios, manteles, especias y otros objetos pequeños. Pero además necesitarás cajones altos o muebles con baldas para poder almacenar sartenes, ollas, cacerolas etc.
Como consejo, incluye al menos dos espacios de cada tipo: cajones bajos, cajones altos, muebles con baldas. Es posible que al diseñar la cocina no hagas uso de alguno de ellos, pero cuando la habites sin duda le sacarás partido a tener opciones.
¿Qué tipo de cocina necesito?
Hemos abierto planteando el tipo de uso que daremos a la cocina, algo que depende directamente del número de personas que vivirán en la casa. Cada vez existen más tipos de familia, pero todas comparten algunos factores comunes, como disfrutar de comida saludable y casera.
A la hora de diseñar la cocina, ten en cuenta que cocinar sea algo cómodo. De lo contrario, podrías decantarte sutilmente por comida menos saludable. Además, diséñala de modo que pueda ser usada por cualquier familia. Nunca se sabe cuándo uno acabará mudándose o lo que hará en la vida.
De nuevo: es importante no limitarse en exceso a unas pocas opciones pensando únicamente en el uso que le darás actualmente. Si la familia crece, por ejemplo, necesitarás un espacio extra. ¿Qué te parece si en lugar de comprar muebles de pared de 60 cm intentas ver si caben los de 80 cm? Considera estos gestos sobre el mobiliario como una inversión.
Y es que eso es precisamente una cocina: una inversión a futuro y una herramienta para hacerte la vida más cómoda. Por ello merece la pena destinar algo de tiempo a la hora de diseñar la cocina que necesitas: tener claras las dimensiones, saber qué uso vamos a darle y aplicar los consejos sobre normativa que hemos dado en este artículo.