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Cómo aligerar la carga fiscal en el segundo semestre

Tue Sep 01 16:33:40 CEST 2020

Planificar con tiempo el modo de reducir las obligaciones de pago en la próxima declaración de la renta puede favorecer el logro de mayor liquidez para atender a potenciales deudas o, incluso, para aprovechar oportunidades de inversión.

La segunda parte del año suele ser el momento idóneo, según los expertos, para mejorar la fiscalidad, pensando en que el resultado de la próxima declaración de la renta (que, como norma general, suele presentarse de abril a junio del ejercicio siguiente) sea lo más positiva para los intereses del contribuyente. Además, dentro del actual contexto de crisis, todo aquello encaminado a mejorar la liquidez, con vistas tanto a poder atender posibles deudas y gastos imprevistos, como pensando en potenciales oportunidades de inversión que puedan surgir, es algo que, con toda probabilidad, la salud financiera de cada uno agradecerá en el largo plazo. Tanto es así, que según los técnicos del Ministerio de Hacienda (Gestha), es posible ahorrarse hasta 3.000 euros de media en el IRPF por persona, planificando y analizando la situación de ingresos y pagos.

La carga fiscal es, en realidad, toda aquella batería de impuestos que debe abonar cada contribuyente, bien sea un particular o una empresa. Por ello, el primer ámbito en el que hay que fijarse para intentar reducir su impacto es el de las retenciones. En el caso de trabajar por cuenta ajena, es importante ajustar su efecto a lo largo de todos los meses del año para aminorar su peso. En el modelo 145 de Hacienda se pueden solicitar los ajustes de la declaración, incluyendo modificaciones que puedan llevar a pagar más (como, por ejemplo, haber terminado de pagar una vivienda) o menos (como es el caso de haber tenido un hijo) para ajustar la retención e intentar igualarla a lo largo de todo el ejercicio.

La carga fiscal es toda aquella batería de impuestos que debe abonar cada contribuyente

Continuando en el plano laboral, si durante estos meses se ha estado teletrabajando y se es autónomo, hay que analizar si gastos como la compra de material de oficina, la luz, el agua o el teléfono, todos ellos relacionados con el desempeño profesional, pueden desgravarse para pagar menos IVA. En este caso, el asesoramiento de los gestores especializados es clave para cumplir escrupulosamente con la legislación. Además, si se han realizado encargos para alguna empresa radicada en el extranjero se está exento de tributación hasta un máximo de 60.100 euros, siempre que se haya pagado un impuesto similar al IRPF en el país foráneo. Si se cobra parte del salario en gasolina para el transporte o en tickets de restaurante, también se tendrá que pagar menos a Hacienda, porque estas fórmulas están exentas del pago de IRPF.

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En el caso específico de los profesionales autónomos, conviene tener presente que las declaraciones mensuales o trimestrales de IVA presentadas, deben ser coherentes y cuadrar hasta el último céntimo, para evitar que la Agencia Tributaria pueda decidir iniciar un procedimiento de inspección. En este sentido, también deben estar en línea con el Impuesto sobre Sociedades y con las autoliquidaciones de IRPF y los correspondientes resúmenes anuales que se lleven a cabo.

Por otro lado, el actual ciclo bursátil de caídas que ha traído consigo la crisis sanitaria, puede tener, también, un efecto positivo en la carga fiscal. Vender a pérdidas unas acciones genera lo que se conoce como minusvalías, que pueden compensarse a final de año con las ganancias patrimoniales que se hayan obtenido, aunque, eso sí, la ley establece que no se podrán adquirir esos mismos valores o similares en los dos meses posteriores a la venta. También está permitido traspasar el capital depositado en un fondo a otro fondo sin riesgo para consolidar la ganancia y realizar la venta en un ejercicio económico más conveniente.

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El ahorro desgrava

Las aportaciones que se realicen a los planes de pensiones y otros productos de ahorro, como los planes de previsión, permiten una deducción de hasta una aportación máxima de 8.000 euros siempre que no supere el 30 % de los rendimientos del trabajo y de las actividades económicas, con independencia de la edad. También es posible deducirse hasta 2.500 euros en la base imponible sobre las aportaciones a planes realizadas por el cónyuge cuando este perciba rendimientos del trabajo inferiores a los 8.000 euros. Cabe recordar, también, que otro elemento a tener en cuenta es la forma en la que se rescate el plan de pensiones, ya que si se hace como capital, es decir, todo de golpe, el impacto fiscal suele ser mayor que si se realiza en forma de renta, a través de una asignación periódica, por ejemplo, mensual. En cualquier caso, lo más conveniente es consultar con la entidad bancaria para analizar de qué modo se pueden realizar aportaciones extraordinarias para aligerar la carga fiscal de la declaración de la renta.

El modo de rescatar un plan de pensiones puede tener un impacto fiscal muy elevado, por lo que conviene consultar con la entidad bancaria antes de hacer nada

Además, en el caso de los seguros de salud, recibirlos como retribución en especie por parte de la empresa hace que estén exentas de IRPF las primas o cuotas satisfechas a entidades aseguradoras para la cobertura de enfermedad, si no exceden los 500 euros anuales.

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Hijos y hogar

Si se ha adquirido una vivienda habitual o se ha realizado algún pago para su construcción antes del 1 de enero de 2013, se tiene derecho a desgravación, siempre que se hayan tenido deducciones por ella en 2012 o años anteriores, con un límite de inversión de 9.040 euros. Es decir, se pueden realizar amortizaciones anticipadas de hipoteca disfrutando de una deducción del 15%.

En este contexto, si se desea transmitir una vivienda, a partir de los 65 años está libre de impuestos la ganancia que se obtenga por su donación o por su venta, siempre que se haya vivido los tres años previos. También gozan de esta exención las personas que sean dependientes severos o grandes dependientes. Además, si se posee alguna discapacidad del 33% o superior, puede obtenerse un certificado de discapacidad, que permite disfrutar de ciertos beneficios fiscales.

Por otro lado, tener un hijo o, tras divorciarse, tener que pagar una pensión alimenticia, suele generar modificaciones en la cuantía de las retenciones en el IRPF, que dependen de cada comunidad autónoma. Por lo tanto, conviene consultar periódicamente las deducciones autonómicas existentes en cada momento, dado que suelen variar anualmente.

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Solidaridad y startups

Existen determinados gastos que reducen la carga fiscal, como los donativos a ONG, y a las fundaciones sin ánimo de lucro, el pago de cuotas a sindicatos y colegios profesionales, o el abono de honorarios a procuradores y abogados. En el caso de las entidades solidarias, es posible deducirse un 75% de los 150 primeros euros y un 30% del resto. También está previsto para la filiación a un partido político que las cuotas y aportaciones que se realicen tengan una deducción del 20% limitada a un máximo de 600 euros.

Desde el lado del emprendimiento, es posible reducir la carga del IRPF si se invierte en startups incorporándose como socio. Estas inversiones permiten una deducción del 20% en la cuota del IRPF de la inversión realizada al suscribir las acciones, siendo la base máxima de la deducción de 50.000 euros anuales, limitada a una participación, junto con su cónyuge y familiares hasta segundo grado nunca superior al 40% del capital de la entidad. También está previsto que se evite tributar por la plusvalía al salir de la sociedad si se reinvierten los fondos en otra compañía.

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