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Cómo afecta el divorcio a las inversiones conjuntas

Wed Sep 09 17:04:31 CEST 2020

Los internautas españoles buscaron “abogados de divorcio” un 49% más durante el primer semestre de 2020 en comparación con el mismo periodo del año anterior. A lo que se añade que las búsquedas sobre el concepto “divorcio” crecieron más del 20% durante este mismo periodo.

Con la aplicación del decreto del estado de alarma el pasado 14 de marzo también llegó la convivencia forzosa de muchas parejas que no estaban acostumbradas a compartir techo durante tanto tiempo y, mucho menos, a hacerlo en un escenario de incertidumbre, de miedo y de riesgo para la salud. Como consecuencia de ello, los expertos apuntan a un repunte histórico en el número de divorcios. Según un reciente análisis elaborado por SEMrush, la plataforma de análisis de tráfico web, los internautas españoles han buscado el concepto “abogados de divorcio” un 49% más durante el primer semestre de 2020 que en el mismo periodo de 2019, y otros términos como “divorcio con hijos” o “qué diferencia hay entre separación y divorcio” también han experimentado un crecimiento en las búsquedas de más del 20%.

Y en materia de divorcio, es el tema económico el que suele generar más conflicto: cuentas comunes, vivienda familiar, inversiones conjuntas… En el caso excepcional vivido a raíz de la crisis de la COVID-19, la mayoría de las parejas que comenzaban el trámite de divorcio se encontraban en una situación de incertidumbre en cuanto a su realidad económica y laboral en el corto plazo. Por ello, una solución a la que se ha recurrido en muchos casos ha sido la de fijar por parte de los dos cónyuges la intención de poder cumplir con lo establecido en lo que a los pactos económicos se refiere y, de no ser así, poder cambiar las condiciones de dicho acuerdo, algo que “solo puede hacerse si ambos están de acuerdo y si han variado sustancialmente las circunstancias en las que se definió el pacto”, comenta María Paloma Ruiz Escalera, abogada, mediadora y especialista en derecho de familia en Manosalvas Abogados.

Lo más llamativo para Ruiz Escalera ha sido que “todos los casos han sido de mutuo acuerdo”, algo que no acostumbra a ser lo habitual. Lo que suele generar mayor discordia, afirma, son los asuntos económicos, pues suponen una reorganización total de la vida que, hasta ahora, era en común. 

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Qué ocurre con el dinero depositado en cuentas bancarias o en un depósito

Lo que ocurre con el dinero que se tenía depositado en las cuentas bancarias o en un depósito dependerá, principalmente, del régimen matrimonial con el que se había contraído el matrimonio. En el caso de tratarse de separación de bienes, los ahorros solo pertenecerán al titular del producto. Sin embargo, si existiese una cuenta o un depósito en el que ambos fueran titulares, el dinero se repartiría al 50% entre los dos. Aquí hay que tener en cuenta que un autorizado no es propietario del dinero, por lo que, si uno de los cónyuges figura como tal en la cuenta del otro, no le corresponde parte de ese dinero, solo se repartirá al 50% si ambos son cotitulares.

En un matrimonio en régimen de gananciales o de partición, los fondos presentes en las cuentas bancarias y depósitos de la pareja (sean de titularidad única o compartida) pertenecen a ambos, por lo que se reparten al 50%. En el caso de gananciales, sólo se reparten los bienes obtenidos después de contraer matrimonio, pero en un matrimonio bajo el régimen de participación, se reparten todos los bienes de la pareja al completo. 

Qué ocurre si uno de los dos utiliza fondos de una cuenta compartida

Si uno de los dos cónyuges utiliza parte del dinero de una cuenta bancaria compartida en régimen de gananciales una vez que la pareja ya se ha separado y ha iniciado el proceso de divorcio, deberá demostrar que la finalidad era favorecer la sociedad matrimonial. En caso contrario, cuando se realice la repartición de bienes, se descontarán los fondos que se hayan utilizado. Aquí se debe recordar que una cuenta bancaria sólo puede cancelarse con la autorización de los dos, por lo que no hay que temer un posible blanqueo de dinero.

Qué opciones existen para gestionar un préstamo cuando la pareja se disuelve

Solicitar un préstamo en pareja es habitual, ya que las probabilidades de que se conceda aumentan cuando en el contrato figuran dos titulares. No obstante, el divorcio de una pareja con deudas a medias puede complicarse. Si ambos tienen la responsabilidad de pagar las cuotas del préstamo mientras se ha convivido como pareja, esta obligación no se elimina con el divorcio.

La opción más sencilla a la hora de gestionar un préstamo cuando la pareja se disuelve es que se comparta el pago de las cuotas. Para ello, bastaría con dejar una cuenta corriente en la que figuren como titulares ambos e ingresar en ella el importe mensual. No obstante, esta opción no es la óptima para todas las exparejas, ya que para que pueda producirse, la ruptura debería ser amistosa o, como mínimo, cordial.

Si una de las dos personas se queda con el bien que se ha adquirido con el capital del préstamo, se puede negociar para que solo este se haga cargo de pagar las mensualidades y se quede con el bien. No obstante, habría que asegurarse de que así se haría, porque, de lo contrario, el banco tendría derecho a reclamar la cuota al otro titular.

Otra opción sería cancelar totalmente el préstamo, donde la deuda dejaría de existir. El problema es que difícilmente se puede llevar a cabo, ya que para eso se precisaría de los fondos necesarios para amortizar anticipadamente el préstamo. Una solución, en este caso, sería vender ese bien y, con el dinero de la transacción, amortizar la deuda.

Qué ocurre con la hipoteca

Igual que ocurre con los préstamos, solicitar una hipoteca en pareja es bastante común, ya que aumenta las posibilidades de concesión. Pero, cuando la pareja se disuelve, la hipoteca se puede convertir en un lastre mucho mayor y fruto de muchos quebraderos de cabeza. De llegar a esta situación, una de las opciones más contempladas es vender la vivienda a un tercero y con el dinero de la transacción cancelar la deuda con el banco. A través de esta opción, las partes eliminan el vínculo en materia de pago de deudas y gestión patrimonial, aspecto que suele ser fuente de conflictos. 

Esta opción es recomendable siempre y cuando ninguno de los dos quiera seguir en ese inmueble. En ese caso, puede ocurrir que uno de los miembros de la expareja se quede con la vivienda y con la hipoteca. Para ello, es necesario realizar una extinción de condominio, por el cual uno de los miembros cede su parte de la vivienda al otro. No obstante, este proceso no acaba aquí. De esta forma se cede la propiedad, pero para el banco ambas partes siguen figurando como deudores, por lo que habrá que negociar con la entidad esa salida del préstamo hipotecario. 

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Qué pasa con los planes de pensiones

Los planes de pensiones tienen carácter privativo, por lo que no pueden considerarse dentro del régimen de gananciales porque la titularidad es individual. No obstante, las aportaciones que puedan hacerse a este durante el matrimonio sí pueden considerarse gananciales, siempre y cuando la pareja estuviera casada bajo este régimen. En ese caso, pueden ocurrir dos supuestos: Que haya un acuerdo entre las partes y se permita, por ejemplo, que llegado el momento de jubilación del propietario del plan, el dinero pueda repartirse entre ambos; o que no haya acuerdo y, en ese caso, será el juez quien decidirá si se repartirán o no los fondos aportados durante el tiempo que haya durado el matrimonio, ya que se trata de un aspecto que no está regulado por Ley. 

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Cómo gestionar los fondos de inversión, acciones y otras inversiones

Invertir en pareja puede traer consigo grandes ventajas, ya que la aportación siempre será doble y las cuestiones fiscales también pueden ser compartidas. No obstante, los inconvenientes afloran en el momento del divorcio o de la separación. Dicho lo cual, es importante remarcar que solo pueden causar problemas tras un divorcio los productos de inversión que se hayan abierto en conjunto con la expareja, y que lo más aconsejable a la hora de invertir es contar con asesoramiento financiero profesional. A pesar de que la inversión más común que se realiza en pareja es la compra de una vivienda, también se puede invertir de manera conjunta en fondos de inversión, acciones y otros productos. En el caso de los fondos de inversión, si no se quisiera conservar la cuenta compartida, habría que liquidarla al 50% para cada miembro, pagando los impuestos correspondientes. Asimismo, de querer de nuevo las mismas inversiones, pero a título individual, habría que volver a comprar los mismos fondos o acciones. En cualquiera de los casos, antes de la contratación del producto, es importante tener en cuenta las condiciones de cancelación y cómo se repartirá el dinero. 

Fotografía de Henri Pham en Unsplash
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