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Coliving, un modelo resistente tras la pandemia

07/08/2020

La flexibilidad que ofrecen estos espacios en un momento de incertidumbre como el actual es un factor diferenciador y de impulso de este modelo de negocio inmobiliario

España ha ido acogiendo a lo largo del tiempo diversas tendencias de otros países. Una de ellas es el coliving, edificios donde existen dos zonas bien diferenciadas. En una de ellas están las estancias comunes, como la cocina, la sala de estar o el área de trabajo; y en otra las habitaciones, que pueden ser individuales o compartidas. Este modelo de negocio inmobiliario es muy común en países como Estados Unidos, Brasil o Australia y durante la última década se ha ido introduciendo en nuestro país progresivamente. De hecho, en grandes ciudades como Madrid y Barcelona se podría decir que este concepto ya está normalizado y que existe una amplia y variada oferta.

A principios de 2020, el coliving se encontraba en plena expansión y las compañías del sector estaban centradas en escalar hacia nuevos mercados. Pero, al igual que ha ocurrido con otros muchos negocios, la COVID-19 ha frenado su proyección. La pandemia y sus efectos en la movilidad de las personas han incidido, como es lógico, de forma directa en la ocupación de estos espacios haciendo caer las reservas. Aunque también está influyendo de forma positiva para que otros negocios revalúen sus modelos y se orienten hacia este. Es el caso de los hoteles -que se han visto obligados a parar sus operaciones casi por completo-, que ya cuentan con algunas firmas que están pensando en su reconversión hacia espacios residenciales bajo el formato coliving, convirtiéndose en una alternativa habitacional moderna y flexible.

Muchos inquilinos son profesionales nómadas, por lo que buscan la flexibilidad de los espacios

La combinación entre comodidad y precios algo más baratos que los del alquiler tradicional es lo que buscan los inquilinos que se lanzan a estos espacios de convivencia. Aunque, en este caso, la compañía es otro factor con gran peso, ya que ‘compartir piso’ en este modelo en auge no es una opción. Por tanto, la incógnita ahora es si es posible vivir en comunidades en la era del distanciamiento social. La respuesta parece ser que sí y el impacto será más débil en comparación respecto a lo que habían temido los profesionales del sector inicialmente, según recoge un análisis de Sifted. Con todo, los expertos consideran que aún es pronto para conocer el impacto que la crisis actual tendrá en el largo plazo de estos inmuebles.

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La flexibilidad, punto fuerte del coliving

El mundo entero está todavía en plena desescalada y abriendo de forma progresiva las fronteras con otros países. Por ello, tanto los viajes de empresa como los realizados por turismo, pueden pender de un hilo debido a esta situación de incertidumbre. Muchos de los inquilinos de estos espacios son jóvenes profesionales pero que, de nuevo, se mueven sin tener del todo claro hasta cuándo tendrán empleo. Incluso, destaca también el perfil de ‘nómadas’, trabajadores que cambian de destino cada cierto tiempo.

Todos ellos confían en la flexibilidad de estos espacios de coliving como solución perfecta para su estancia en el país al que se dirigen. Y esto puede ser un factor que juegue a favor de este modelo de negocio y en contra de los tradicionales espacios de alquiler. 

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El concepto de comunidad como apoyo

Pero ¿los inquilinos se sentirán cómodos compartiendo espacios con gente desconocida tras la pandemia? Sin duda, esta pregunta pasa por la mente de muchos empresarios y gestores de coliving, ya que puede ser uno de los puntos que frene sus reservas. Ante esta situación, parece que la respuesta ha sido la de crear una comunidad entre los inquilinos de forma que puedan cuidarse y apoyarse. Incluso, ellos mismos están comprando materiales, como mascarillas o termómetros, para distribuirlos entre los miembros. Además, parece que tras el confinamiento de estos meses, la gente anhela la conexión humana y teme el volver a sufrir un encierro. 

Se están registrando peticiones de grupos para vivir juntos por si se produce una segunda oleada

Sobra mencionar que estos espacios tienen que asegurar todas las medidas de seguridad necesarias sobre higiene y distanciamiento social si fuera necesario e, incluso, reforzarlas en aquellas zonas comunes para que los inquilinos puedan socializar. En esta línea, aparece de nuevo el concepto comunidad, ya que todos ellos están intercambiando información sobre las actualizaciones que se van produciendo sobre la regulación de países, las condiciones de los aeropuertos, las plataformas o fuentes de información sobre salud, etc.

Por tanto, si los operadores y promotores de coliving se centran en proporcionar espacios de vida compartidos de alta calidad, donde los inquilinos vivan, trabajen y mantengan un estilo de vida satisfactorio, la demanda de este modelo de negocio inmobiliario es muy probable que siga aumentando. 

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