Las crisis económicas como la actual son el caldo de cultivo perfecto para los denominados ‘chiringuitos financieros’, aquellas entidades que ofrecen y prestan servicios de inversión sin estar autorizadas para hacerlo. De hecho, entre los meses de marzo y junio, las advertencias que recibió la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) sobre estas entidades se incrementaron un 34% con respecto al mismo periodo del año anterior. Desde enero hasta finales de agosto, el regulador bursátil español ha emitido 258 avisos sobre entidades de inversión no autorizadas, frente a las 198 en el mismo periodo de 2019, año en el que se registró un récord de avisos con un incremento interanual del 413%.
Pese a ostentar muchas veces una apariencia profesional, se trata en realidad de actividades cuyo único objetivo es engañar al cliente con falsas perspectivas de inversiones para, finalmente, quedarse con su dinero. La Policía Nacional se encarga de desmantelarlos, pero siempre surgen otros, según afirma la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), quien aconseja estar alerta ya que son muchas las formas que adoptan para embaucar a los nuevos inversores.
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Tal y como informa el regulador español en su página web, los potenciales inversores deben tener en cuenta que los elevados rendimientos que ofrecen suelen ser demasiado buenos para ser ciertos. Y, cuando estos ‘chiringuitos’ no pueden justificar las pérdidas, simplemente desaparecen o cambian de nombre. Es decir, no se trata de entidades más o menos solventes o con mayores o menores habilidades en la gestión financiera, sino de estafas.
En cuanto a qué tipo de inversor es susceptible de caer en estos engaños, la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) afirma que no existe un tipo concreto de víctima, ya que a menudo se trata de estafas muy elaboradas y con apariencia que aporta credibilidad en las que puede caer cualquiera: pequeños empresarios, particulares con cierto nivel de ahorro, profesionales liberales, etc.
El impacto de la COVID-19
Aunque aún puede ser pronto para establecer un patrón y pese a que la tendencia anterior era el incremento del número de casos (en gran parte explicados por el aumento de la investigación y el refuerzo de los equipos destinados a ellos, según ha asegurado el propio presidente de la CNMV, Sebastián Albella), desde que estalló la pandemia del coronavirus han aumentado los ‘chiringuitos financieros’ detectados en España. En este sentido, se ha pronunciado la OCU, quien ha advertido que una crisis como la actual es “caldo de cultivo” para este tipo de delitos. En este contexto, es un hecho que la actividad en internet de los usuarios ha aumentado, y es aquí donde los inversores pueden haber entrado en contacto con este tipo de compañías ilegales. De hecho, la Europol ha bautizado a este y a otro tipo de estafas, como ‘coronacrímenes’.
Desde la CNMV advierten que han detectado entidades calificadas como ‘chiringuitos financieros’ vinculadas a la COVID-19 y que ofrecen información a los inversores sobre las consecuencias de la expansión del virus en los mercados financieros. Estas entidades aseguran ofrecer servicios para identificar y gestionar los riesgos potenciales y aprovechar así las posibles oportunidades.
Cómo detectar los ‘chiringuitos financieros’
Los canales que utilizan los artífices de los denominados ‘chiringuitos financieros’ para contactar con sus potenciales víctimas no son distintos de los que puede emplear cualquier entidad legalmente autorizada para difundir sus propuestas comerciales entre clientes o posibles clientes: teléfono, cartas, correo electrónico, páginas web, etc. La diferencia reside en la manera en la que se utilizan estos canales, el tipo de mensajes que transmiten y la actitud general que muestran para lograr sus objetivos. Para obtener los contactos recurren a bases de datos (a menudo obtenidas de forma fraudulenta) de las que extraen direcciones de personas que, por ejemplo, han suscrito un determinado producto financiero, reciben periódicamente una publicación económica o que, incluso, en alguna ocasión contestaron ciertas encuestas en las que reflejaron sus gustos, aficiones y situación económica familiar.
Entre las técnicas utilizadas por correo electrónico, el phishing es una de las más extendidas. Se trata de correos electrónicos que parecen proceder de entidades financieras reconocidas y solventes, en los que, haciendo alusión a unos supuestos motivos de seguridad, se solicitan al destinatario sus claves personales de acceso a las cuentas bancarias. Aquí es importante recordar que ninguna entidad autorizada pide a sus clientes información personal ni claves completas.
Más sofisticada es la acción denominada pharming, un tipo de ciberataque con el que se intenta redirigir el tráfico web a un sitio falso. Se hace explotando vulnerabilidades de software en los sistemas de nombre de dominio, (DNS, por sus siglas en inglés), o en los equipos de los propios usuarios, que permiten a los atacantes redirigir un nombre de dominio a otra máquina distinta. A través de esta acción, los ladrones de datos consiguen que las páginas visitadas simulen, en apariencia, las auténticas, cuando en realidad se corresponden con otras creadas para recabar datos confidenciales. Así, el internauta introduce sus datos sin ningún temor, sin saber que los está remitiendo a un delincuente.
Cómo protegerse frente a un posible ‘chiringuito financiero’
El primer paso para protegerse de un ‘chiringuito financiero’ es identificarlo como tal. Además de sospechar ante ciertos comportamientos como los citados anteriormente, lo más aconsejable es no confiar en ninguna entidad desconocida mientras no se haya podido verificar que está debidamente autorizada para prestar servicios de inversión. Antes de entregar el capital, se puede recurrir a los siguientes mecanismos, en caso de duda:
- Pedir información a la CNMV, a la Oficina de Atención al Inversor. Se trata del lugar donde obtener información sobre si una entidad está autorizada, registrada y supervisada. También están disponibles los registros públicos a través de la página web del organismo regulador en España. Asimismo, se puede visitar la página web de la Organización Internacional de Comisiones de Valores (IOSCO, en sus siglas en inglés) donde los organismos supervisores, miembros de la Organización, incluyen las advertencias sobre este tipo de entidades. Además, la CNMV difunde regularmente advertencias sobre entidades de las que se sospecha que están prestando servicios de inversión sin autorización.
- Identificar las peculiaridades de la operativa propuesta. En ocasiones, las actividades de los ‘chiringuitos’ se enmascaran bajo la apariencia de contratos de asesoramiento, en los que a cambio de las recomendaciones se cobra al cliente un elevado porcentaje de la inversión (que, además, suele desembocar en la pérdida total del capital). Sin embargo, todas las entidades que realizan asesoramiento personalizado en materia de inversión deben estar inscritas en un registro público, por lo que su consulta permitirá a las potenciales víctimas comprobar si la sociedad está o no autorizada para prestar dicho servicio. A ello se añade que los ‘chiringuitos financieros’ suelen exigir que el dinero se desembolse mediante ingreso en una cuenta corriente (a veces en el extranjero) a nombre de una sociedad no española y las inversiones que ofrecen suelen ser productos financieros complejos en mercados extranjeros, a menudo desconocidos.
- Exigir que proporcionen respuestas claras. El inversor no solo tiene el derecho, sino también la obligación de conocer de antemano todos los aspectos relevantes de la inversión propuesta. Precisamente, una de las principales diferencias entre las entidades autorizadas y los ‘chiringuitos financieros’ es que las primeras invitan al inversor a plantear sus dudas y le facilitan toda la información necesaria, mientras que el objetivo de los estafadores es confundir y hacer sentir a la persona ignorante, para que confíe en ellos sin cuestionar sus argumentos.
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Qué hacer si ya se les ha entregado el dinero
En este caso, hay que contemplar que no siempre es posible recuperar el capital, aunque es importante estar atento a ciertas señales para intentar reaccionar antes de que sea demasiado tarde. Normalmente, cuando ya se ha hecho entrega del dinero, la persona de contacto se vuelve inaccesible, no atiende a las solicitudes de reembolso y no se recibe ninguna información o la que se obtiene es insuficiente e incomprensible. Estos son algunos de los comportamientos irregulares que delatan a un ‘chiringuito financiero’.
Si se da esta situación, es aconsejable presionarles para que devuelvan el dinero, amenazándoles si es necesario con acudir a las autoridades. Este aviso no siempre es efectivo, ya que precisamente su situación de ilegalidad les permite desaparecer o cambiar de nombre con gran facilidad, lo que dificulta la actuación de los organismos supervisores.
También puede pasar que su respuesta sea que la inversión no ha ido como se esperaba, que se han registrado pérdidas y que precisamente en ese momento no conviene deshacer posiciones, sino aumentar la inversión, para aprovechar el inminente cambio de tendencia. Lo realmente peligroso en este caso es continuar realizando aportaciones, ya que con toda seguridad ese capital tampoco se va a recuperar.
En todo caso, tanto si el inversor consigue que le devuelvan todo o parte del capital como si no es así, es muy importante poner los hechos en conocimiento de la CNMV y denunciar lo ocurrido a la Policía o al Juzgado correspondiente. Las denuncias presentadas permiten a los organismos responsables difundir las correspondientes advertencias, ayudando a que otros inversores no se vean estafados por el mismo ‘chiringuito financiero’.