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Brexit: perspectivas de la libra y la renta variable británica

Thu Feb 18 09:25:06 CET 2021

El Reino Unido ha sido uno de los países europeos más afectados por la crisis sanitaria. Sin embargo, el poder de su tejido empresarial y la fortaleza de la libra deben ser dos apoyos muy importantes para estimular la recuperación económica del país.

En el tiempo de descuento, Londres y Bruselas lograron sellar un acuerdo comercial para que se permitiera, desde el 1 de enero de 2021, el libre intercambio de bienes y servicios entre el Reino Unido y la Unión Europea (UE). Esta buena noticia no ha servido, sin embargo, para relajar en demasía las preocupantes expectativas sobre la economía isleña para los próximos meses. El propio Banco de Inglaterra alertó la última semana de 2020 de que la “excesiva incertidumbre” en relación al futuro fuera de la UE, unida a las cifras sobre la pandemia, formaban un cóctel peligroso, que, muy probablemente, va a provocar que se aplace la recuperación del país hasta 2025. 

Parece que queda por llegar lo peor para la economía británica. Así, al menos, lo asevera un informe de Changing Europe, organización de investigación financiada desde el Gobierno de Londres, que señala que el coste económico final del Brexit para el Reino Unido será mayor que el de la COVID-19. De hecho, afirma que solo entre 2021 y 2022 el producto interior bruto (PIB) del país caerá por este motivo un 5% de manera directa. En esta línea, el canciller de la Hacienda, Rishi Sunak, advirtió recientemente de que la nación se prepara para afrontar la mayor contracción económica "en más de 300 años". 

“El principal objetivo del Banco de Inglaterra va a ser frenar la inflación y la depreciación de la libra, adoptando una política monetaria mucho más restrictiva”, Glen Spencer Chapman, Director de la Dirección de Análisis de Banco Sabadell

Como señala Glen Spencer Chapman, Director de la Dirección de Análisis de Banco Sabadell, “la incertidumbre está frenando la inversión en el Reino Unido y, por lo tanto, su crecimiento económico. Es muy difícil determinar cuál será el impacto económico real en los próximos años por haber abandonado la UE. En cualquier caso, la prioridad para el Banco de Inglaterra seguirá siendo el crecimiento, adoptando más medidas monetarias expansivas si hace falta, aunque esto deprecie más la libra y genere inflación”.

Esperar y ver

A corto plazo, el acuerdo entre Londres y Bruselas debe servir para asegurar los soportes de la libra y de la renta variable británica, según señala el informe de PwC ‘2021 UK and Global Economic Outlook’. Sin embargo, en este documento se advierte de que la parálisis en el consumo doméstico es muy probable que haga que este ciclo sea muy pequeño, y más si el Gobierno se ve obligado a imponer restricciones por culpa de la recesión. Además, es muy destacable que, junto a las grandes empresas multinacionales, conviven en la Bolsa de Londres las acciones de muchas compañías de tamaño mediano que están muy expuestas al mercado nacional y que van a verse muy impactadas en sus cuentas de resultados por la salida de la UE, en sectores como el de la automoción o el de la alimentación.

2020 fue un mal año para la Bolsa británica. De hecho, fue la única de las grandes del continente que se acercó a la histórica caída del IBEX 35, tras contraerse un 14,3% durante el ejercicio. Todo lo contrario de lo que le ocurrió, por ejemplo, a la de Frankfurt, que se revalorizó un 3,9%. Según Morningstar, el promedio en el rendimiento de los fondos de inversión focalizados en renta variable del Reino Unido fue el peor de todas las categorías, superando el 10% de caída, mientras que nueve de los 20 fondos que obtuvieron peor desempeño concentraron sus inversiones en el país isleño. En este contexto, Spencer Chapman afirma que “una teórica depreciación de la libra favorece a las empresas británicas con mayor exposición exterior, principalmente, en los segmentos de energía y de recursos básicos. Episodios de debilitamiento de la libra suelen coincidir con un repunte bursátil y una mejor evolución de las grandes empresas del índice con una mayor exposición exterior, frente a las pequeñas, que tienen una exposición más doméstica y versada en el consumo”.

“Una depreciación de la libra favorece a las empresas británicas con mayor exposición exterior, principalmente, en los segmentos de energía y de recursos básicos”

De hecho, algo parece estar cambiando en las últimas semanas. El FTSE 100, el índice de referencia de la Bolsa de Londres, ha liderado las ganancias en los mercados financieros europeos durante el mes de enero, espoleado tanto por haber finalizado la incertidumbre comercial en torno al futuro de las relaciones con la UE, como por haber sido el primer Estado en comenzar a vacunar masivamente a la población, dado que ya no depende de la autorización de la Agencia Europea de Medicamentos (EMA). Tanto es así que, en una reciente encuesta llevada a cabo por Bloomberg entre analistas de todo el mundo, se afirma que el FTSE 100 puede subir por encima del 10% en 2021, recibiendo alrededor de la mitad de las compañías que pertenecen a este selectivo recomendaciones de compra para los próximos meses. Además, se resaltan como oportunidades que pueden ser atractivas tanto las acciones del sector minero como aquellas pertenecientes a empresas de los segmentos de alimentación y de materias primas. 

Las dos caras de la libra

Durante la mayor parte de 2020, la libra fue perdiendo cotización frente a las principales divisas internacionales, como el dólar o el euro. Una tendencia constante hacia la depreciación que ya se manifestó en 2016, cuando, el día después del referéndum de la salida de la UE, cedió más del 8% de su valor frente a la moneda de Estados Unidos y en torno a un 6% ante la del Viejo Continente. En términos generales, la depreciación de la libra implica una reducción del poder de compra de los británicos, pero, también, estimula el crecimiento directo de las exportaciones de las empresas británicas, cuyos bienes y servicios son más competitivos a nivel global.

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Hasta el momento, esta debilidad de la libra había favorecido a las compañías del país más internacionalizadas, pero el acuerdo comercial definitivo que se selló con Bruselas provocó, en enero de este año, una apreciación de la divisa británica, que ya marcó máximos de los últimos 10 años frente al euro. Curiosamente, si se termina pronto este rally alcista de la libra, entre los principales beneficiados estarían los accionistas de empresas cotizadas del país, ya que podría contribuir a mejorar los resultados comerciales y las exportaciones en un momento clave en el que el Reino Unido afronta una crisis económica no vista en las últimas décadas.

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Para Spencer Chapman, en todo caso, existen “muchas incógnitas por resolver” en cuanto a la economía británica en los próximos meses que, sin duda, tendrán un efecto sobre la cotización de la libra. “Si se logra mantener una relación estrecha con la UE, la libra podría seguir apreciándose. Parece que la presidencia de Joe Biden contribuirá a un mayor acercamiento entre Bruselas y Londres. Por otro lado, temas como los problemas de suministro de AstraZeneca o las dificultades para controlar la entrada de mercancías desde Gran Bretaña en los puertos de Irlanda del norte suponen una fuente de tensión y una amenaza para la cooperación entre el Reino Unido y la UE”.

Fotografía de Jon Tyson en Unsplash
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