La irrupción de la pandemia de la COVID-19 y sus consecuencias económicas han provocado que algunos profesionales autónomos de edad avanzada evalúen la opción de jubilarse de forma anticipada debido a las dificultades para mantener sus negocios.
Esta forma de jubilación permite a los trabajadores, bien por cuenta propia o por cuenta ajena, retirarse de su actividad laboral antes de la edad ordinaria establecida en la ley. Pero hay que tener en cuenta qué impacto tiene esta decisión en la economía individual.
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Adelantar la jubilación para evitar más pérdidas
No cabe duda de que uno de los colectivos más castigados por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus es el de los profesionales autónomos. Todo parece indicar que la ‘nueva normalidad’ todavía queda lejos de asentarse y, en cualquier caso, la recuperación será lenta.
Según indica el Ministerio de Trabajo y Economía Social en su ‘Informe relativo al 3T de 2020’, a fecha de 30 de septiembre de 2020 había 1.999.630 personas trabajadoras inscritas en los diferentes regímenes por cuenta propia de la Seguridad Social (21.089 más que en el mismo periodo de 2019). De estas, el 28% corresponde a personas mayores de 55 años.
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“Han aumentado las consultas de autónomos para acelerar el proceso de jubilación anticipada. Esta no es más que otra de las consecuencias del coronavirus en la economía española”, afirma Cristina Pérez, experta del área laboral de la asesoría Fiducis.
Los profesionales autónomos se enfrentan a una decisión difícil de tomar. El cierre total o parcial de sus negocios plantea el dilema de continuar hasta la edad de jubilación ordinaria o hacerlo con anticipación para evitar mayores pérdidas. Más de un 80% de las jubilaciones anticipadas provienen del desempleo o de cierres de negocios, según Pérez.
Tal y como recoge el ‘Estudio sobre la situación del autónomo en la crisis de la COVID-19’, de Infoautónomos y la Universidad de Granada, un 38% de los trabajadores por cuenta propia se planteó la baja definitiva y el cierre de su negocio a comienzos de verano. A pesar de las ayudas propuestas por el Gobierno y otras instituciones, los datos de la Encuesta de Población Activa (EPA) del pasado mes de agosto reflejaron que se habían perdido más de 57.000 autónomos que empleaban a otras personas. Unas cifras que se suman a las estimaciones del Banco de España de que el 25% de las empresas españolas se encuentra en situación de quiebra técnica.
Requisitos para la jubilación anticipada
Ante estos datos, muchos autónomos optan por la decisión de adelantar su retiro. Existen diversos tipos de jubilación anticipada y diferentes requisitos para acogerse a ellos, y siempre hay que tener en cuenta la situación particular de la persona solicitante.
Por cese voluntario
Es aquella a la que se acoge el trabajador por voluntad propia, sin ser resultado de un despido u otro cese forzoso. A esta modalidad de jubilación anticipada pueden acogerse tanto trabajadores por cuenta ajena como profesionales por cuenta propia. A través de este proceso es posible adelantar dos años el retiro respecto a la edad de jubilación legal establecida.
Por cese involuntario
La jubilación anticipada por cese involuntario se puede aplicar en aquellos casos donde la persona trabajadora ve finalizada su actividad profesional por diversas causas, como, por ejemplo, una reestructuración empresarial forzosa. Es importante destacar que los profesionales autónomos no pueden acogerse a esta modalidad. A día de hoy, con la modalidad de cese involuntario es posible adelantar cuatro años el retiro respecto a la edad de jubilación establecida en el régimen.
En cualquier caso, la edad para acceder a la jubilación ordinaria y el período mínimo de cotización son los mismos. El cómputo de la pensión también se realiza de la misma manera; sin embargo, el resultado varía por las diferencias en las bases de cotización que determinan la base reguladora.
Según Pérez, cuanto mayor sea la base de cotización, mayor será la cuantía de su prestación por jubilación. De ahí la recomendación para los profesionales autónomos de no cotizar por la base mínima a partir de cierta edad.
Los trabajadores por cuenta propia también tienen que tener en cuenta que no pueden integrar las denominadas ‘lagunas’ de cotización, periodos en los que el trabajador no ha cotizado. El Régimen General de la Seguridad Social permite mitigar los efectos de estos periodos a través de unas reglas de integración con cotizaciones ficticias; sin embargo, en palabras de Pérez, “esto no está permitido para los autónomos, lo que repercute negativamente sobre la pensión porque ese periodo computa como base de cotización cero que se añade a la media del resto de cotizaciones”.
Cómo tomar la decisión: atención a los coeficientes de corrección
Ante la crisis económica derivada de la COVID-19 y la incertidumbre ante la recuperación, el director de Fiducis, José Luis Ballester, afirma que “los autónomos que se estén planteando acudir a la jubilación anticipada deberían considerar la parte negativa que puede conllevar y el impacto que ello supondría para su economía, y es que deberán tener en cuenta que no cobrarán el total de la pensión”.
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La planificación es esencial a la hora de plantearse la jubilación anticipada. Además, es necesario realizar correctamente un cálculo de la reducción de la prestación, que se obtiene teniendo en cuenta, entre otras variables, el tiempo que se anticipe la jubilación sobre la edad legal establecida y los años que se hayan cotizado. En función de ello se aplicarán los llamados coeficientes de corrección.
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