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Adiós definitivo a la peseta: el 31 de diciembre acaba el plazo para los cambios por euros

Fri Oct 09 10:05:40 CEST 2020

Los españoles aún conservan el equivalente a 1.601 millones de euros a tres meses de que acabe el plazo para canjearlos

“Nadie regala duros a cuatro pesetas”. Muchas generaciones no recordarán este refrán popular muy utilizado en España hasta el año 2002, cuando empezó a desaparecer la que había sido la moneda nacional durante 130 años y a sustituirse progresivamente por el euro. Sin embargo, y por curioso que parezca, los españoles aún conservan 1.601 millones de euros en pesetas en sus casas y cada día cuentan con menos margen para canjearlas: el 31 de diciembre el Banco de España dejará de aceptar cambios y España dirá definitivamente adiós a la peseta.

La introducción del euro fue un acontecimiento importante de la historia de España y del conjunto de Europa. El 1 de enero de 1999 se convirtió en moneda oficial en 11 países de los 15 que conformaban la Unión Europea: Finlandia, Alemania, Francia, Italia, España, Holanda, Bélgica, Luxemburgo, Austria, Portugal e Irlanda. Poco antes de su puesta en circulación, se incorporaría también Grecia.

En un primer momento, se utilizó como moneda escritural y se movió únicamente en el mercado financiero, mientras que los países, las administraciones y las empresas modificaron sus protocolos para estar listas para el gran cambio.    

El euro ha tenido un comportamiento irregular durante estas dos décadas

La moneda europea se estrenó a un cambio de 1,16 dólares. Desde entonces ha tenido un comportamiento irregular entre su mínimo histórico, 0,82 dólares en octubre de 2000, y su punto más alto en julio de 2008, cuando se situó en los 1,60 dólares, tras el estallido de la crisis financiera en Estado Unidos (EE.UU.).

A pesar de las dificultades, la moneda ha logrado consolidarse después de dos décadas de su entrada en vigor. Superó su peor momento en el año 2012, durante la crisis económica de Grecia, donde se llegó incluso a hablar de la posibilidad de romper la zona común. Ahora, durante la crisis de la COVID-19, el euro se ha fortalecido y ha recuperado niveles de hace más de dos años frente al dólar.

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Así se organizó la llegada del euro

El Banco Central Europeo (BCE), la institución de la Unión Europea (UE) que hoy salvaguarda el valor del euro y la estabilidad de los precios, fue quien coordinó y realizó el seguimiento de las primeras producciones de billetes y monedas en euros, que se llevaron a cabo en quince fábricas y con materias primas procedentes de aproximadamente cuarenta proveedores distintos.

Sin duda alguna, la implantación del euro ha sido el cambio de moneda más importante de la historia. En él participaron también el sector bancario, las empresas de transporte de fondos, el comercio minorista y la industria de máquinas expendedoras de cada país. 

El efectivo empezó a distribuirse a las entidades de crédito y los comercios en septiembre de 2001, cuatro meses antes de la fecha señalada para la circulación de la nueva moneda. El objetivo era evitar la escasez de liquidez en la cadena de suministro.

El 1 de enero del año 2002 el euro llegó por fin a los bolsillos de los ciudadanos e hizo realidad la integración monetaria definitiva que la UE planteó desde su formación. Se pusieron en circulación billetes y monedas en los doce países, que acumulaban una población total de 308 millones de habitantes. El euro no solo supuso el primer adiós a la peseta, también fue el final de otras muchas monedas históricas, como el franco francés, el marco alemán, la lira italiana o el escudo portugués. En el caso de España, el euro llegó con una equivalencia de 166,386 pesetas. 

El 3 de enero de 2002, el 96% de los cajeros automáticos de la Zona Euro ya dispensaban billetes en euros. Y una semana después de la introducción de la nueva moneda, más de la mitad de las transacciones en efectivo se realizaban en euros.

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Tras un período de doble circulación, que en algunos países se prolongó hasta dos meses, y en el que los pagos podían realizarse en efectivo con euros o con la moneda nacional, el 1 de marzo de 2002 el euro pasó a ser la única moneda de curso legal en la Zona Euro. En esa fecha, ya se habían retirado de la circulación más de seis mil millones de billetes y cerca de treinta mil millones de monedas nacionales.

1.601 millones de euros en pesetas  

Sin embargo y aunque han pasado casi 20 años desde ese momento, los ciudadanos aún conservan 1.601 millones de euros en pesetas en sus cajones. Para los más nostálgicos que sigan haciendo la conversión mental a la antigua moneda, eso supone 266.384 millones de pesetas. En concreto, conservan 135.105 millones de pesetas en billetes (812 millones de euros) y 131.278 millones de pesetas en monedas (789 millones de euros).

Desde que entró en circulación el euro y hasta el 30 de junio de ese año, los residentes en España podían acudir a cualquier oficina bancaria a cambiar las pesetas. Pero desde entonces y hasta el 31 de diciembre de este año solo se pueden cambiar en la sede central del Banco de España en Madrid, o en cualquiera de las 15 sucursales con las que cuenta el banco emisor repartidas por toda España.

En cualquier caso, es importante tener en cuenta que en las circunstancias actuales, marcadas por la crisis de la COVID-19, es necesario pedir cita previa para asegurar el cumplimiento de las medidas dictadas por las autoridades sanitarias para los edificios públicos.

¿Qué monedas y billetes se pueden cambiar?

Según indica el Banco de España en su página web, hasta el 31 de diciembre de 2020 se podrán canjear todos los billetes de peseta posteriores al año 1939. Sin embargo, los emitidos entre 1936 y 1939 tendrán que ser analizados por expertos y las monedas solo serán admitidas si estaban en circulación el 1 de enero de 2002, ya que las anteriores fueron sustituibles hasta 1997.

También se pueden cambiar todas las monedas que circulaban en el momento del lanzamiento del euro, incluidas las de 2.000 pesetas y las monedas de colección, conmemorativas y especiales. Todos los billetes y monedas se cambiarán por su valor facial, esto es, un euro por cada 166,386 pesetas.

El coleccionismo, la nostalgia o simplemente la pereza son los principales motivos por los que los españoles conservan tanto dinero en pesetas. De hecho, el propio Banco de España estima que el 45% de las monedas en pesetas que estaban en circulación antes de la entrada del euro nunca será canjeado.

Fotografía de Waldemar Brandt en Unsplash
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