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El sector editorial, en plena reinvención

09/07/2020

Tras sufrir severas pérdidas, el mundo del libro afronta su futuro con optimismo

Las librerías vuelven a estar abiertas, pero perder las horas curioseando ejemplares, leyendo sus contraportadas, sopesando entre uno y otro… de momento, es historia. Durante la desescalada, las librerías pudieron abrir desde la fase 0 con cita previa y ahora con el fin del estado de alarma, cada comunidad autónoma  puede autorregularse. En la mayoría de los casos, las regiones han puesto el límite en un aforo del 75%y, en todo caso, siempre llevando mascarilla y usando gel hidroalcohólico.  Hablamos de una industria que constituye el primer sector cultural del país y cuenta con un tejido empresarial formado, fundamentalmente, por pequeñas y medianas empresas, según la Asociación de Cámaras del Libro (FEDECALI). El cierre de éstas (librerías, editoriales y distribuidoras) ha supuesto una gran pérdida para la cultura de nuestro país. Y han registrado durante la pandemia un descenso de la facturación cercano al 80%. Además, el 50% de estos negocios han debido recurrir a la puesta en marcha de los ERTE y dos de cada cuatro han solicitado créditos para paliar la falta de liquidez

Teniendo en cuenta que las editoriales suponen 15.000 empleos directos (y otros 15.000 indirectos) y la distribución y librerías rondan otros 90.000 puestos de trabajo, no son buenas noticias para el sector. “Aún es pronto para hacer una valoración completa de los efectos que ha tenido esta crisis. Los primeros cálculos que hemos realizado apuntan a unas pérdidas de facturación de entorno a los 1.000 millones de euros (800 en el mercado interior y 200 en el mercado exterior). Estamos hablando de un trimestre, aproximadamente. Tenemos datos sobre el comercio interior que muestran que la caída ha estado en el entorno del 37%, pero este se va reduciendo conforme se ha procedido a la reapertura. El comercio exterior está paralizado”, explica Antonio Mª Ávila, director ejecutivo de la Federación de Gremios de Editores de España (FGEE).

Los grupos editoriales han apostado por los ebooks, y aunque el comportamiento ha sido bueno, el 80% del negocio depende de la venta física, que desde mediados de marzo hasta el 4 de mayo estuvo completamente paralizada. Así las cosas, las ventas por internet han aumentado un 40% durante el confinamiento, ya que el cierre impuesto por el estado de alarma hizo que muchas librerías explotasen sus canales digitales para el comercio electrónico, algo que, en algunos casos, ha servido para reducir el impacto del cierre, explica Antonio Mª Avila. Con todo, según los últimos datos de los que dispone la federación, la venta por este canal supuso 24 millones de euros en 2018, solo un 1% del total. 

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“Las ediciones de libros electrónicos representan el 5% de la facturación del sector. Esta es una cifra muy similar a la que se da en otros países de nuestro entorno. Aún no tenemos datos de ventas durante la pandemia, aunque es probable que algo sí se haya incrementado. Lo que sí hemos notado es un incremento de la piratería a través de las redes sociales y de WhatsApp”, añade Ávila. Hasta ahora se había dicho que el fin del libro en papel estaba próximo y, sin embargo, el crecimiento del libro digital, según FGEE, se ha estancado en el 5% de la facturación. En EE.UU., con un mercado digital más consolidado que el europeo, se ha producido en años anteriores una caída de la facturación de los libros digitales. 

El impacto de la cancelación de eventos

El cierre de las librerías y la cancelación de importantes eventos de la industria también ha traído consigo la cancelación de lanzamientos editoriales. “Más allá de que las librerías son establecimientos donde se venden libros, muchas de ellas son también centros culturales donde los autores tienen la posibilidad de encontrarse con los lectores. El hecho de que no pudieran abrir sus puertas ha provocado que se esperase a realizar los lanzamientos. La no celebración de las ferias del libro más importantes también ha retrasado los lanzamientos de las novedades editoriales”, explica Antonio Mª Ávila.

Y son muchas las ventas perdidas por cancelar la celebración del Día del Libro el pasado 23 de abril, Sant Jordi y la Feria del Libro de Madrid. “La cancelación de estos eventos tiene no solo impacto en el sector editorial, sino en el conjunto del sector del libro (librerías, distribuidores…) Todas estas ferias sirven de escaparate para la producción editorial y suponen un punto de encuentro entre el mundo del libro y los lectores”, expone Ávila, quien también se muestra tranquilo con respecto a la vuelta de las ferias. Se seguirán celebrando y la forma en que se haga dependerá de la evolución de la pandemia. De hecho, en Santiago de Compostela acaba de celebrarse la primera de España.

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Ante esta debacle que ha sufrido el mundo editorial, se apuntan como soluciones la transformación digital, limitar los lanzamientos, pedir que el Gobierno haga una compra masiva para bibliotecas… Pero nadie ha encontrado aún la fórmula. 

Uno de los principales activos del sector editorial español es su diversidad. Existe un mundo más allá de la novela. . “Hay muchas pequeñas y medianas empresas que editan libros muy especializados que dan un servicio a muchos lectores interesados (investigadores, científicos, arquitectos, ingenieros,...) . Las empresas editoriales editan lo que considera que tendrá un mercado (sea más grande o más pequeño), exponen su dinero y, por tanto, editan conforme a un plan editorial con el que, lógicamente, buscan obtener una rentabilidad”, añade Ávila. Además, es importante tener en cuenta que una parte importante de la edición corresponde a libros de texto y esto viene determinado por la existencia de 17 modelos educativos y cinco lenguas diferentes, algo que no sucede en ningún otro lugar del mundo. 

El sector se reinventa constantemente con el objetivo de encontrar los mejores canales para que los libros lleguen a los lectores.  “Hoy no se promocionan los libros de la misma manera que hace diez años. Existen nuevas fórmulas como los booktrailers o los encuentros digitales entre autores y lectores, por poner solo algunos ejemplos. El reto está en seguir encontrando las fórmulas para hacer llegar las historias, los pensamientos, los estudios y las opiniones de aquellos que tienen algo que contar a los lectores”, apunta Ávila.

Mucha lectura durante el confinamiento

¿La buena noticia? El número de lectores frecuentes, aquellos que al menos lo hace semanalmente, ha crecido durante el confinamiento. Si el Barómetro de Hábitos de Lectura y Compra de Libros 2019, presentado el pasado mes de febrero, se situaba en el 50% de la población mayor de 18 años, durante el confinamiento se ha elevado al 54%. Así se refleja en el estudio ‘La lectura en tiempos del COVID-19’ realizado por la empresa Conecta Research & Consulting.

Según este estudio, los españoles valoran y reconocen los beneficios que la lectura les ha ofrecido durante este periodo de estancia en los hogares. Después de ver la tele y atender llamadas telefónicas, consideran que es la tercera actividad que más les ha ayudado a sobrellevar esta situación. Además, frente a los 47 minutos de media dedicados al día en una situación de normalidad, el tiempo destinado a esta actividad se ha incrementado hasta los 71 minutos al día y el 62% de los encuestados reconoce haber dedicado más tiempo a la lectura en estas semanas.

En cuanto a la temática de la lectura, los libros de ocio (novelas, poesía, ensayo…) continúan acaparando las preferencias de los lectores, con un 74% de los lectores. El estudio también ha observado un incremento de la lectura en soporte digital (ebook, smartphones, tablet y PC). Frente al 29% que reflejaba el Barómetro en febrero, ahora, un 39% han reconocido haber leído algún libro en este formato. No obstante, el libro en papel se mantiene como el soporte principal de lectura en todos los grupos de edad, y así lo muestran los datos, ya que el 84% de los consultados ha leído libros de ocio en este soporte.

Fotografía de Jon Tyson en Unsplash
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